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Voto de Sibila de Delfos:
10
Acción. Aventuras. Drama En el año 180, el Imperio Romano domina todo el mundo conocido. Tras una gran victoria sobre los bárbaros del norte, el anciano emperador Marco Aurelio (Richard Harris) decide transferir el poder a Máximo (Russell Crowe), bravo general de sus ejércitos y hombre de inquebrantable lealtad al imperio. Pero su hijo Cómodo (Joaquin Phoenix), que aspiraba al trono, no lo acepta y trata de asesinar a Máximo. (FILMAFFINITY)
1 de noviembre de 2006
155 de 193 usuarios han encontrado esta crítica útil
En el año 2000 se estrenaba una película llamada a resucitar el "cine de romanos" que tan en alza estuvo con títulos como Ben Hur o Quo vadis. La dirigía un Ridley Scott en horas bajas que necesitaba de un gran éxito para volver a la élite y la protagonizaban dos actores que venían dando buenos resultados en papeles menores, Russell Crowe (nominado al Oscar en el 99 por El dilema) y Joaquin Phoenix (más conocido por ser hermano del fallecido River Phoenix).También rondaban por alli dos ilustres veteranos como Richard Harris y Oliver Reed, ya asumiendo roles secundarios.Pues bien, esa película se llamaba Gladiator, o Gladiador y su inmenso éxito comercial supondría a la larga mucho más que la previamente comentada resurreccón del cine de romanos. Supondría que los grandes estudios de Hollywood desempolvaran los libros de Historia en busca de relatos clásicos que adaptar. Buena prueba de ello son las recientes Troya y El rey Arturo (y muy probablemente, el Alejandro Magno de Oliver Stone), que beben directamente de las magistrales escenas de lucha del film de Ridley Scott, cuentan con presupuestos multimillonarios y contratan estrellas presentes (Eric Bana, Brad Pitt, Orlando Bloom)y futuras (Clive Owen, Keira Knightley, Ioan Gruffudd)para los papeles principales. De hecho, la sombra de Gladiator se nota hasta en la banda sonora de muchas películas recientes como las antes citadas o Piratas del Caribe.Respecto a la calidad de la película, solo decir que es excelente, impresionante y consigue emocionar hasta el último minuto. Russell Crowe está simplemente genial. Consigue que nos emocionemos con su personaje, hasta hacernos parte de él. Joaquin Phenix muestra una solvencia inusual en los actores de su generación. El mundo clásico ha vuelto a Hollywood. Tanto los que amamos la Historia como los que no, disfrutémoslo. Ahora somos libres para emocionarnos una y otra vez con esta obra maestra.

Lo mejor: Todos los actores, en especial Crowe y Phoenix; Ridley Scott, en plenitud de facultades; la música del maestro Hans Zimmer y Lisa Gerrard, con esa maravilla de canción llamada "Now we are free" a la cabeza. Por encima de todo, el poder que tiene la película para seguir conmoviendo y sorprendiendo aun después de una veintena de visionados.
Lo peor: Nada.
Sibila de Delfos
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