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Voto de Sibila de Delfos:
4
Aventuras Era la época en la que el gran mamut recorría la Tierra, la época en la que surgieron las primeras ideas y creencias que forjaron a la humanidad. Un joven cazador (Steven Strait) guía a un ejército a través de un vasto desierto, en un viaje en el que tendrán que enfrentarse a tigres dientes de sable y a otros depredadores prehistóricos, hasta que descubre una civilización perdida e intenta rescatar a la mujer que ama. (FILMAFFINITY)
29 de febrero de 2008
32 de 53 usuarios han encontrado esta crítica útil
Roland Emmerich es un director cuya carrera podría definirse como excesiva. Mitad megalómano, mitad mediocre, todas sus películas tienen características comunes: historias simples y simplonas, efectos visuales apabullantes (y excelentes, para qué negarlo), escenas de acción a porrillo y una descompensación evidente en todos y cada uno de sus aspectos. 10,000 no es una excepción a estas reglas, más bien al contrario. Las sigue con religiosa fidelidad. Que nadie trate de encontrar rigor histórico alguno, ni explicación a por qué hombres prehistóricos típicos (los de la tribu protagonista) acaban relacionándose con masais, egipcios prefaraónicos y unas especies de hunos. Que nadie se cuestione por qué aparecen mamuts, si ya se habían extinguido. De lo que se trata es de presentar una historia supuestamente emocionante sobre un chico que va a rescatar a su prometida, secuestrada por unos tipos malísimos, malísimos.
El problema principal de los varios que hay es precisamente que no hay emoción, ni suspense, ni tensión. Las pocas veces que la cosa adquiere algo de garra es gracias a la partitura musical de Harold Kloser y Thomas Wanker, un par más de alumnos encubiertos de Hans Zimmer. Por otra parte, los efectos visuales, impecables, fallan en la recreación del tigre, y el final de la película es... cómo podría expresarlo... risible. En serio, hacía mucho que no me reía tanto en un cine.
Pero es absurdo molestarse por tales cosas. al fin y al cabo, es una película del señor que dirigió Independence Day o Godzilla. Un señor que con su cine sólo pretende entretener (a cualquier precio, éso sí). Y lo consigue. Quien no se lo pase bien con esta película tiene un serio problema de sentido del humor.

Lo mejor: El aspecto visual de la cinta, que es impecable, y el ritmo endiablado que lleva (salvo en un pequeño bache que se produce hacia la última media hora de metraje).
Lo peor: Camilla Belle, pese a que habla y aparece muy poco (su compañero Steven Strait, que tampoco es ninguna maravilla, sale bastante más airoso), la tontería que es el guión y, sobre todo, el final.
Sibila de Delfos
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