Muy simpática película, coproducida entre España y Portugal y que supone el primer largometraje dirigido por el buen actor Secun De La Rosa.
Se trata de una comedia musical con duro y algo triste fondo, que narra la lucha diaria de unos jóvenes artistas de la canción que tratan denodadamente pero también con pocas posibilidades de éxito de conseguir sus sueños.
Lo menos conseguido de la cinta es que, quizás porque Secun no lo quiere, no pase a mayores en cuanto a profundidad dramática, quedándose en la superficie de unos hechos con pasado doloroso, presente incierto y futuro poco esperanzador.
Pero es tan dinámica, con escenas tan arrebatadoras como cuando las cuadrillas cantan de seguido canciones de artistas consagrados, que el espectador se eleva sobre el fondo de la cuestión y creo que acepta la propuesta de los creadores de la película.
Está muy bien narrada, con excelentes interpretaciones (maravillosa en su sencillez Marina Salas, excelente como siempre Caroline Yuste... y qué decir de Lander Otaola, chispeante y divertido) y un ritmo constante que hace no decaiga el interés y el entretenimiento.
Así, creo que al final convence en su propuesta y se disfruta de veras aún cuando deja una sensación de haber podido llegar más lejos. Pero está bien.

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