Airbag es, sobre todo, un barullo de proporciones bíblicas, muy divertido, pero que puede dar dolor de cabeza si no se entra. Quizá lo que más me llamó la atención es la cantidad de elementos que entran en juego y lo alambicado de la trama, lo que provoca que sea un mejunje argumental de campeonato, y al mismo tiempo, que esta trama en exceso retorcida, maride con gags de pedos, de farlopa y de putas.

Eché en falta, por sorprendente que parezca, más humor, pues a veces sabe resolver una trama con un chiste chusco, y otras veces se enquista con escenas lentas, grotescas, mal conducidas y en exceso sobre explicadas, como en la escena del primer puticlub, o el plateamiento completo, que dura casi 40 minutos, demasiado para una comedia vulgar y desenfadada.

Así que si no la has visto, no la quites enseguida y dale una oportunidad, porque estás enfrente de una de los milagros más sorprendentes que ha parido el cine español.