Lo mejor que puedes hacer es ir a ver esta cinta sin saber mucho, ni que te cuenten nada. Lo único que has de saber es que endiablada y buena, muy buena. Se consigue una tensión potente desde el principio gracias a la dirección de Arévalo. Las interpretaciones de un sorprendente Antonio de la Torre y Luis Callejo hacen el resto. La historia no está contada de forma "normal", presenta todas las piezas de un rompecabezas que ni siquiera te hace devanar mucho los sesos. Parece que arranca como una suerte de historia de amor conflictivo en medio del drama, lo que desencadenará un nervioso triángulo amoroso y crees que la cinta va a ir por ahí, hasta que realmente muestra sus verdaderos colores y todo encaja. Desde que las piezas encajan se nos muestra un ajusticiamiento de cuentas que impacta en varios momentos y te deja cuestionando los límites de cada personaje, lo que harías tú y tal vez lo que no harías, en otros tantos. Tal vez sus instantes finales requerían una conclusión igual más explosiva o mortal, aunque comprendo perfectamente que tomaran la decisión que han tomado pues es igual de efectiva. Dos minutos finales no importan tanto cuando toda una película ya te ha golpeado, alterado y dejado con la boca abierta. Un thriller directo, sin concesiones, más simple de lo que parece pero armado de forma compleja y acertada, de esos que deberían verse más y sobre todo en nuestro cine español.