- Pero hombre, si la han nominado a los Oscars, si tiene premios por un tubo...

Ya, pero es que la experiencia fílmica me ha resultado dolorosa finalmente. Dos horas y media Dios mío... si al menos nos hubieran regalado más minutos de música...

- No es una película fácil, hay que desentrañar, profundizar un poco...

Un poco no, bastante. Pero el problema viene por otro lado. Aunque con acierto Director Todd Field nos deja al espectador toda la tarea del desmigado, me encuentro que finalmente no hay relieve alguno en toda la cinta, es como si sólo se tocara una nota, puede que esa nota suene limpia y brillante, pero no deja de ser una nota, al modo minimalista zen mire usted, y eso con el paso del segundero se convierte en tortura soporífera.

- Todd no ha hecho un filme de consumo, sino de sensibilidades, de inteligentes presencias...

No se lo niego, de hecho toda la cinta tiene esa carga de densidad grave, lo que es cierto le da empaque. Y entiendo también las sugerencias de Todd, las sutilidades, las indirectas, las revelaciones. Sí, encuentro en "Tar" el mundo del elitismo musical, del egocentrismo supremo, del dominio sobre el personal, de la humillación profesional, del engolamiento austero. Y más, pues hay conversaciones, momentos, expresiones, que contienen fibra, que significan cosas. Más no te compro las mesnadas Sancho, que tanto cine dirigido al intelecto me acaba resultando indigesto.

- Todd nos da un filme moderno, con hechuras de buen cine, con estilismo propio, con personalidad atemporal...

Mire usted, ya visioné en su estreno la famosa "Drive my car". Y me encontré con un elemento común que también aparece en "Tar": Esa frialdad inhumana, esa esterilización de las escenas y de la vida, esa emotividad plana y pretenciosa, ese contemplar desde la lejanía más yerma. Qué quiere que le diga, para un producto que transpira profundidad, le encuentro que no me alimenta nada, que me inyecta sólo penumbra y escoria, que me obliga al tapabocas por decreto.

- Pero hombre, es el planteamiento del director, él no busca que usted se lo pase bien, ni que pase un buen rato... y además, se reproduce un mundo en el que no ha lugar a blanderías...

Qué sí, que todo eso lo entiendo, mas... vamos a ver ¿Qué te cuenta de especial esta película? Nada, prácticamente lo hemos visto todo antes. Es original en cuanto a que el director esconde lo explícito, te da sólo pinceladas sobre lo que en realidad se está moviendo sobre el tapete, el mundo de la protagonista Lydia Tarr. Pero insisto en que la experiencia cinematográfica me resultó pobre. Tal vez el director sólo quería reproducir una realidad, la oscuridad humana en el mundo de la modernidad, bien... entonces la próxima vez me tendré que abstener de visionar este tipo de cine, pues me resta más que me aporta.

- Podía haber disfrutado de Blanchett, de la fotografía, del ritmo sosegado...

Blanchett está brillante sí, de hecho ella es casi toda la película, y técnicamente es una producción muy perfecta. Por cierto, debo incidir en que el metraje es pesadamente extenso, el cuerpo se resiente tanto tiempo sentado en una butaca si no le das obras maestras, la presente te obliga a aferrarte al deseo del raudo transcurrir.

- Cine y música casan bien, y una directora de orquesta es un personaje de lo más interesante...

Como si es la mismísima reina Cleopatra, me da igual. De hecho, los personajes de clase alta me resultan menos interesantes que otros por lo general. Me atrevo a decir que el personaje de Lydia Tarr no te aporta más que nocividades humanas, defectos portentosos, degradación interior... eso sí, intelectual y profesionalmente muy brillante.

- Pues nada, métase a ver usted "Wonder woman"...

Últimamente se hace una oferta desmedida de personajes femeninos, o me lo parece... no tengo nada contra ello, pero estoy seguro que es intencionado. Y qué quiere que le diga, cuando veo que no es inocente el ideario que se maneja, pues entonces se me tuerce el gesto... si esto sigue así voy a tener que ceñirme al cine de antes de los 80, el de ahora es tan poco inocente... perdóneseme ser tan honesto...


A pesar de sus méritos cinematográficos, me pareció cine que alimenta la oscuridad del alma. Un 4,8