Drama castrense, excelentemente arropado por dos interpretaciones de altura, nos hablan de las rivalidades y envidias que se generan en el ejército cuyo sistema de jerarquías da lugar a no pocas zancadillas entre los oficiales y sus subordinados.
Pero la película no da mucho más de sí. Aunque el drama es sólido, no aprovecha bien sus posibilidades quedando como un film que. a los interesados en el tema, les parecerá muy interesante pero a los demás, les resultará insuficiente.
Alec Guinnes es el mayor Sinclair, un hombre hecho a sí mismo desde que ingresó como cadete y fue escalando puestos hasta alcanzar su actual posición.
Cuando le anuncian que va a ser sustituido por un hombre procedente de Harvard que ha obtenido su rango en las oficinas del Ejército, un pijo vamos, sentirá un profundo desprecio por ese hombre al que no conoce y pretenderá demostrarle lo que es tener capacidad de liderazgo.
Por su parte, el recién llegado no podrá aprobar la indisciplina y dejadez de la que hace gala su nueva compañía y querrá reponer la antigua gloria y fama que poseía.
El roce y la antipatía mutua entre los dos oficiales está servido.
Película que se sostiene en el antagonismo de estos hombres, se sigue con interés aunque no da mucho más de sí. Se deja ver.