Sorpresa. Estupefacto me encuentro ante una propuesta que tras haber disfrutado veo como a veces el juego engañoso de los tráilers parece vender todo lo contrario de lo que en realidad la cinta ofrece, pues uno viendo el tráiler toma la impresión que lo que verá será una película frívola, a broma sobre lo que fue el intervencionismo encubierto americano durante los ochenta en Afganistan, y nada más lejos de la realidad.

Lo que se encuentra el espectador es una película inteligente, reflexiva, en la que se nota la mano de su guionista, Aaron Sorkin, creador de la excelente "El ala oeste de la casa blanca" y maestro en el dominio de los entresijos de la política de despacho americana. Sin duda una elección clave para el éxito del por otra parte además entretenido y ameno guión, demostrando que una película de política puede ser también divertida (a lo que contribuye sin duda lo pintoresco de sus personajes).

Hanks, que por defecto suele caerme gordo sin piedad, parece bajado de su pedestal y olvidado su endiosamiento nos ofrece una interpretación más que decente, mientras que la vuelta de Julia Roberts como secundaria pasa bastante desapercibida aunque cumpliendo.

Interesante la exposición con imágenes reales superpuestas de la evolución del conflicto afgano-soviético, y acertada reflexión crítica la del final... Sorkin no defrauda y vuelve a demostrar que sabe un rato sobre de lo que habla.

"Pero la jodimos en la última jugada"