Una gratísima sorpresa, una miniserie redonda: ambientación magistral que te mete de lleno en el accidente, unos actores brillantes calcados a los personajes reales, producción y música de bandera, y una duración que aunque te deja con ganas de disfrutar durante más tiempo, borda el tratamiento de los sucesos y cierra muy satisfactoriamente. Esta serie transmite de tal manera y con tanto realismo la gravedad de los acontecimientos que llega a producir más terror y angustia que cualquier película de "terror" que puedas imaginar.