Esta es una película de otra época, con un regusto costumbrista italiano o berlanguiano, que es de agradecer en el plano y repetitivo cine de hoy.

El film parte de una idea original y divertida, y los primeros 45 minutos explota esa idea con fortuna. Sin embargo, en la segunda mitad el globo se pincha -nunca mejor dicho- y parece que al director ya no se le ocurrió cómo continuar esa primera idea. El intento de convertir la comedia en drama creo que fracasa, y al final el regusto es agridulce. Da la sensación de que esos ingredientes hubieran dado para más. Aun así, merece ser vista por la originalidad de la propuesta.

En la película se demuestra cómo el camino del infierno está empedrado de buenas intenciones, y que a veces, por querer arreglar algo, en realidad se desgracia todo.