En efecto, esta película ofrece un sin fin de mensajes, lo que no está nada mal, pero no se centra en ninguno de ellos con demasiada profundidad, por lo que hay unos cambios bastante repentinos en el guión, tales como: familia, religión, vida, supervivencia...
Y es por ello por lo que el espectador no sabe cómo tomarse la historia. Mención aparte, a la gran fotografía que posee el film, tiene en su haber unos minutos surrealistas; oníricos, que te hace perderte por los misterios de la naturaleza y la vida, o bien, desesperarte, como fue mi caso. Desde luego, hubiera sido idónea una declaración de intenciones con lo que el director quisiera expresar (en caso de que tuviera algo que contar), porque si lo que pretendía era hacernos sentir indiferentes, lo habría logrado, aunque tal y como indica el nombre "La vida de Pi", puede ser sólo eso, un testimonio de una persona que relata sus memorias a un autor sin inspiración para que éste las redacte y conformen su próximo libro.
Lo que si está claro es que si las ideas se hubieran desarrollado de otra forma menos tediosa, podría haber sido muy grande.