Un comienzo estupendo. Algo huele a podrido en ese arranque tan perfecto: amor entre las hierbas, pueblo pesquero, familia acomodada: ella es una madre soltera que aún no se divorcia.

La dirección de Field tiene un pulso excelente en los primeros 60 minutos, la elección de planos y la forma de narrar (planos detalles muy acertados e imágenes tremendas que dicen más que cualquier diálogo, el camión de Strut en la ventana, por ejemplo) es magnífica.

Mientras la película es un drama sobre las decisiones de familia, la redención y la pérdida, es profunda y conmovedora, realmente buena. El problema llega en la recta final, en realidad sobre la mitad. En un punto el film comienza a diluirse, no se sabe que rumbo va a tomar, y cuando se decide, se siente como que elige en camino incorrecto, se transforma en un thriller dramático, en una suerte de alegato contra los fallos de la justicia.

Me gustaba más cuando era un drama, y hubiese preferido que se olvidará del tal Richard y se concentrara en el dolor y el perdón, y que el personaje de Tomei tuviera más peso. En definitiva que mostrase la relación de los padres con la "viuda" después de la tragedia. Lo más flojo de la película es el guión, al menos en la segunda mitad.

P.D.: amo a Marisa Tomei, perdón aparte.