Película efímera y olvidable, como tantas otras, donde se intenta algo que no se sabe muy bien que es, y donde finalmente se consigue un producto mediocre de humor zafio e infantilode. El guión es realmente malo, con un pretendido humor adulto que en realidad no sobrepasa los 3 años de edad. Lo increible es que está nominado (a ver que ocurre) al Oscar a mejor guión adaptado aunque no existe una historia original. Espero que si existió en algún momento un guión original, lo quemaran en una noche sin Luna. Por otra parte, las actuaciones son bastante mediocres aun habiendo conseguido algunas nominaciones al Oscar, ningún personaje, de plastico o real, siente absolutamente nada en su rostro en pantalla. Además Ryan Gosling, que tiene ya mas de 40 años, está espantoso como un joven Ken.

Hay que recordar que el film disfrutó de una inmensa campaña publicitaria gratuita, en redes y otros medios, que pocas veces se ha visto, donde tras visionar el film, cada uno vio lo que quiso ver. Eso si, no faltaron los y las incondicionales que iban de rosa al cine sin saber que iban a ver y sin haber tenido en sus manos una Barbie en su vida, que por cierto, siempre ha sido bastante cara y nunca fue muñeca de pobres.

Si eres adulto y tienes madurez mental suficiente no verás feminismo por ninguna parte en todo el metraje de casi dos horas, y a lo que algunos, equivocadamente, han llamado feminismo, no es más que una infantilización pretendida de la mujer que necesita de otra persona para que le aclare el sentido de la vida, que por lo visto no puede ser otro distinto al de ser madre, y de paso, proclamar a los cuatro vientos el valor de un individualismo absurdo por encima de todo y todos, incluido el propio bienestar.

Tópicos encontrarás todos los que quieras, hombres tontos, mujeres que engañan para conseguir lo que desean, y cientos de comportamientos ridículos, nunca graciosos, más propios de sociedades subdesarrolladas. Lo que más me ha chocado ha sido que en todo el film no se cita ni de pasada la igualdad, no solo entre hombres y mujeres y es que, como normalmente suele pasar, vuelve a haber ese tufillo homófobo, racista y clasista que el ciudadano medio americano está tan acostumbrado a ver en sus cines.

Me da la impresión que la película iba a ser otra cosa y que en el camino, productores y demás censores, acabaron por crear este producto sin sentido con números musicales de preescolar, donde no consiguen llegar a ninguna parte.

Es una pena haber desaprovechado la grandísima oportunidad que ha supuesto el film para mover la conciencia a algunos que, por desgracia, continua inalterable.