Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Chris Jiménez:
7
Cine negro. Thriller. Intriga La vida de Al Roberts, un pianista de Nueva York, se convierte en una pesadilla cuando decide hacer auto-stop para buscar a su novia que vive en Los Ángeles. Lo que Roberts no puede imaginar, es que su periplo se verá envuelto en una serie de problemáticos acontecimientos que acabarán arrastrándolo a una situación límite. (FILMAFFINITY)
22 de mayo de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es posible que no me crean, pero hay una historia que de extraña y estrambótica merece ser contada. Una historia que empieza y termina en una carretera solitaria en medio de la nada y en plena noche, donde un hombre tomaría el desvío que cambiaría su vida para siempre...

A mitad de los '40, una edad de oro para el cine negro y de suspense; una buena cosecha teniendo en cuenta títulos tan magníficos como "La Casa de la Calle 92", "Mildred Pierce", "Fallen Angel", "La Escalera de Caracol" y, cómo no, "Perversidad"; pero detrás de los nombres importantes (Hathaway, Curtiz, Preminger, Siodmak, Lang) también sobresalen los pequeños, aquellos apartados al lado humilde del cine, e igualmente resolutivos y maravillosos. Edgar Ulmer se alza entre ellos y buena parte de la fama de este exiliado de los grandes estudios reposa en su visión única del género, que trastocó con interesantes propuestas. "El Desvío" fue quizás la mejor.
Después de "Extraña Ilusión", y de nuevo para PRC con la mitad del equipo, el director adapta una novela del guionista y autor Martin Goldsmith, publicada en 1.939. El mito alrededor de esta obra sigue fascinando debido al ínfimo presupuesto invertido y su tiempo de rodaje (poco menos de una semana), pero estos contratiempos habituales para Ulmer no perjudican al film, iniciado a mitad de trama entre la oscuridad de la noche, en una larga carretera donde un hombre es servicialmente recogido. Este hombre, Al, es el protagonista, y como veremos se corresponde con el estereotipo del anti-héroe del "noir", y casi un reflejo de lo que el mismo Ulmer era: hombre amargo y nihilista, aparentemente insensible, que arrastra una gran culpa, que oculta un terrible secreto y que no pertenece a ningún sitio...

Todo esto se adivina incluso antes de que, con sus propias palabras, nos invite a conocer su historia; entonces los claroscuros perfectamente perfilados por Ben H. Kline se abalanzan sobre su rostro y todo comienza a vislumbrarse. El "I Can't believe that You're in Love with Me" de Crosby nos hace viajar a un pasado cercano (¿quizás soñado?) donde Al comparte escenario como pianista en un pub de mala muerte junto a su preciosa novia Susan; aun así, el terco pesimismo de él choca con las grandes expectativas de ella.
Mientras ataca contra los valores de Hollywood en boca de Al (algo comprensible), Ulmer se esfuerza en crear el ambiente apropiado para absorbernos en su imaginería "noir", colmada de zonas oscuras, luces tenues, pavimentos húmedos y neblina espesa. El cabello rubio de la joven no volverá a aparecer en pantalla y en la calle 73 de Riverside Drive este relato entra en su segundo acto, que es el de la búsqueda; habrá un viaje por carretera, largo y pesado, desde New York a Los Angeles, al cual tendremos que asistir...y todo parece normal hasta que Ulmer se para en un individuo (Haskell), presuntuoso y excéntrico, que recoge al protagonista.

Una fatalidad, como es propio del universo del negro, un hombre atrapado debido a un hecho trágico; el director, en lugar de centrarse en la truculencia del momento, envuelve de un halo de extrañeza a la situación.
De forma inesperada llega el desvío-------------------------------------------------------------------------------------->
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Chris Jiménez
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow