Shaun cruza la calle adormilado, a comprar, como cada día, su cerveza en el bazar de Nelson. La gente camina como sonámbulos, escuchan su música con la mirada perdida, un niño le da patadas al balón como si el mismo balón le hubiera poseído, usan el móvil maquinalmente, sin pensar, todos van al mismo ritmo, como...como "zombies".
Siguiente día, Shaun vuelve a cruzar la calle, exactamente lo mismo: todos van al mismo ritmo, se mueven como sonámbulos, sin pensar...como lo que son, "zombies".

Como ya han apuntado muchos, el cine paródico nos ha bombardeado con tantas estupideces sin gracia que uno puede sentir rechazo por una nueva propuesta enmarcada en ese género, sobre todo las que vienen de EE.UU.. Porque es así, a partir de que "Scary Movie" saliera a principios del 2.000 las parodias no dejaban de salir, y cada una era peor que la anterior (si hay que quedarse con parodias americanas, las de los '80, por favor). Sin embargo en Inglaterra la comedia tiene un aire distinto, y la risa va unida también al ingenio, nos lo demostraron los Monty Python, así que uno se puede sentir más tranquilo cuando llega la noticia de una nueva comedia salida del país anglosajón. Y esta es una increíble comedia, sin dudarlo.
De hecho, pocas películas me han hecho reír tanto como la primera de las tres peripecias cinematográficas entre el director Edgar Wright y el tándem Simon Pegg/Nick Frost. "Shaun of the Dead" coge todas esas historias de los muertos vivientes que llevamos viendo desde, buf, tiempos inmemoriales, y la transforma en una comedia alocada, frenética y muy bestia. Un homenaje sincero al cine "zombie" cuyo cometido es divertir y hacer pasar un buen rato.

Edgar Wright lo consigue. Este director debutó con la irreverente "A Fistful of Fingers" a mediados de los '90 ya demostró un estilo único, y encontró en Pegg y Frost a sus actores perfectos gracias a la hilarante "sitcom" "Spaced". El guión, escrito por Wright y Pegg, en realidad nace de un episodio de dicha serie, donde el personaje que interpretaba este último, por culpa de las anfetaminas y su obsesión con el "Resident Evil 2", acaba imaginándose que lucha contra una invasión "zombie". Incluso muchos de los personajes que aparecían en el episodio tuvieron su papel en la película; no sería muy disparatado decir, pues, que "Shaun of the Dead" es el "spin-off" de aquel episodio. Así, mostrando una mutua apreciación por los films de Romero se lanzaron a crear su propio apocalipsis "zombie".
Un prólogo de unos veinte minutos sirve para que conozcamos al prota, Shaun, un pobre tipo sin autodeterminación ni coraje que ve cómo su vida amorosa con Liz se va al traste por su falta de compromiso, mientras que mantiene una relación desastrosa con su padrastro, en su trabajo no le respetan y debe cargar con Ed, su amigo de toda la vida que es un gorrón y un vago de mucho cuidado.

Hay que esperar a que venga lo mejor, pero este comienzo no aburre en absoluto, ya que consigue definir a los personajes y hacer que nos familiaricemos con el tono ideado por Wright y Pegg, irreverente y lleno de chistes gamberros, absurdos y muy divertidos, donde se entrevé una ácida crítica a la sociedad moderna y a la televisión. Vemos unos extraños avisos de un incidente que se está dando en Londres, algo relacionado con algún virus, Wright nos está preparando poco a poco el terreno para lo que viene a continuación, y es exactamente lo que esperamos, porque...¿qué esperáis de los personajes extravagantes que hemos conocido al enfrentarse a una terrible invasión de muertos vivientes?
Pues eso mismo, una gran farsa del género, con todo lo que tiene que llevar: mucha acción, sangre, tiros, y cuyo nivel cómico no decae un momento. Personalmente creo que la tercera parte del film, la del atrincheramiento en el Winchester, ralentiza el ritmo del mismo, no obstante eso no le priva de ofrecer grandes momentos, en especial el ataque al "zombieficado" dueño del bar mientras de fondo suena el "Don't Stop me Now!" de QUEEN. Lo mejor es la evolución del personaje de Shaun, quien necesita de un apocalipsis de muertos vivientes para cambiar su manera de ser.

Simon Pegg y Nick Frost demuestran una gran compenetración en pantalla y dejan bien claro que son unos excelentes cómicos; el mejor de los actores secundarios, que están ahí para apoyar al tándem protagonista, es sin duda ese gran Bill Nighy. El film posee un ritmo rápido, trepidante, gracias al estilo vertiginoso de Wright, muy en la línea de su compatriota Guy Ritchie, y éste no sólo cuenta con delirantes y sucesivos "gags", sino con una banda sonora buenísima.
La primera de la trilogía Wright/Pegg/Frost que incluye ya detalles míticos como el accidentado salto a la valla, las referencias cinéfilas o musicales y por supuesto el cornetto. Para mí será la mejor de las tres.

Olvidaos de "Planet Terror", "Bienvenidos a Zombieland" o la cutrísima nipona "Rape Zombie". En "Shaun of the Dead" tenemos la mejor parodia del cine de muertos vivientes de la Historia...sí, con permiso de "Braindead", claro.