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Voto de Chris Jiménez:
5
Drama Dos hermanos están introducidos en el mundo de las mafias chinas. Uno, el hermano menor, es incapaz de evitar los líos por su impetuoso temperamento. Por su parte, el hermano mayor, al enamorarse, decide abandonar el oscuro entorno en el que se mueve, pero antes tendrá que volver a ayudar a su hermano pequeño... (FILMAFFINITY)
10 de julio de 2017
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De nuevo historias de la calle, historias de la noche, de sangre derramada bajo el potente resplandor de los neones, de pisadas que se dirigen hacia caminos diferentes pero cuyo destino fatal será por desgracia el mismo.
A través de ella comienza a andar Kar-Wai Wong en su largo trayecto...

La buena posición de la que goza el cine hongkonés a nivel internacional en esos mediados de los '80, gracias a cineastas como Tsui Hark y John Woo o la estrella Jackie Chan, viene a influenciar a un Wong de casi 30 años, llevándole a tomar la decisión de instalarse en la industria tras ejercer, con más o menos satisfacción, de guionista en telecomedias, melodramas románticos o series policíacas para TVB. Su marcha le llevará a ser incluido en la lista negra de la poderosa cadena pero es recompensado cuando el productor y actor Alan Tang se fija en su talento, haciendo de él su protegido.
Es una situación que muchos desearían vivir: en una compañía independiente casi recién formada, la In-Gear Film Production, y con total libertad creativa, Wong no se aparta demasiado de las fórmulas que imperan en el momento. "Wong gok Ka-Moon" ("As Tears go By" en Occidente) es iluminada desde el espectro urbano más sensual y estilizado, dejando ya su sello con respecto a la técnica, la iluminación y la puesta en escena que tanto distinguirán sus obras; del borde de los pavimentos a un apartamento vacío, el de Ah-Hua, que va a ser visitado por una prima lejana de provincias (N-Gor). Pronto se establece un extraño triángulo siendo Wu-Ying el tercero en discordia.

Estos protagonistas son jóvenes para quienes la película se convertirá en un trampolín a la fama. Otro exiliado y "marcado" de la TVB, además de cantante "pop", Tak-Wah (Andy) Lau encarna un rol que de una forma u otra siempre estará presente en su carrera: el descarriado de malos modales pero gran corazón metido en asuntos peligrosos y siempre al borde de la muerte; el culpable de eso aquí es Wu-Ying (el astro de la canción Hok-Yau (Jackie) Cheung), clásico imbécil con demasiados humos e irrealizables aspiraciones cuyos actos crean problemas continuamente a su protector.
La pareja, si bien el primero desea abandonar esa cotidianidad bajo el mando de los miserables de las Tríadas, poco tiene en común con la de otros "hermanos" que pueblan el "thriller" hongkonés de la época; no son gángsters cuya elección sobre un tipo de camino u otro a seguir les aparta y luego reúne por fuerza de la amistad inquebrantable. No hay tanto de "A Better Tomorrow" por su parte narrativa como por la visual y estética, de gran influencia, ni de "Flaming Brothers", otro clásico del género, que navegaba entre la tragicomedia y la acción visceral. "Wong gok Ka-Moon" se instala en el melodrama y la domina una sensación de angustia y tristeza profunda.

Esta tristeza fluye desde los sucios callejones de una Kowloon bañada por las luces de neón y regada de la ultraviolencia que los secuaces del despiadado y rimbombante "Tony" descargan sobre Wu-Ying por sus constantes provocaciones sin sentido. Y esta es la maniobra del argumento, la repetición tediosa de un esquema: agresión al "hermano" pequeño-rescate del mayor-paliza a ambos-bronca aleccionadora-vuelven a agredir al pequeño...así de principio a fin, y uno recuerda en Cheung la atronadora idiotez del Robert DeNiro de "Malas Calles", referencia fundamental, pero claro, sin las connotaciones socio-histórico-religiosas que subrayaba Scorsese.
Wong perfila una relación de protección y amistad a unos niveles bastante bajos. Todo lo que hace Ah-Hua es sacar las castañas del fuego a Wu-Ying, pero la profundización más allá de eso es leve, siendo dos personajes con los que es imposible empatizar, con uno por su fe inútil y pegajosa dependencia (irónico), con el otro por su cerebro de mosquito y patética incapacidad de evolución (mil golpes y humillaciones sufre y jamás muestra un signo de maduración ni de humildad). Esta sucesión de momentos tan similares (brutales peleas en calles oscuras) congela la trama en una especie de raro bucle temporal, como si fuese la tragedia inevitable.

¿Y qué hace aquí una prima de pueblo? Eso me pregunto yo, porque es su llegada a casa de Ah-Hua la que inicia el film pero no lo alimenta, no se desarrolla y se sale de él a los pocos minutos; la otrora Miss Hong Kong, azafata de televisión y musa de comedias Man-Yuk (Maggie) Cheung es la primera de muchas mujeres del cine de Wong cuya existencia jamás se entiende del todo. La huida de su primo de Kowloon en su busca abre una vía de oxígeno romántica, pero es cortada de golpe por las navajas de los mafiosos callejeros de la historia de Wu-Ying...con quien, por cierto, nunca se cruzará.
¿Qué demonios hace entonces N-Gor? Su entregado amor libre de prejuicios no sirve para cambiar al muchacho (que nadie se atreva a llamarle "héroe"), quien además, si hacemos memoria, ya tenía una novia al principio (Mabel); ésta debería haber sido la protagonista femenina y no la srta. Cheung, que más allá de su hipnótica y angelical belleza no aporta nada. No está desde luego en su historia. Wong quiere pretender que sí rodeándola de baladas cantonesas con cada encuentro suyo a cámara lenta con Ah-Hua, pero lo que hace es revelar su talón de aquiles: mucha atención en la forma visual y poca o ninguna en la coherencia narrativa.

Es la incoherencia lo que define el clímax, echándose por tierra y sin remedio el sentido común del protagonista. ¿Pero quién, en este universo, querría sacrificar su estabilidad, su noviazgo, su vida entera, por semejante gilipollas? ¿No es decisión de Wu-Ying? Ninguna obligación arrastra a Ah-Hua por lo tanto.
La nota fatalista a ritmo de "Take my Breath Away" no funciona, y sin embargo "Wong gok Ka-Moon" tuvo su aclamada acogida en Cannes, ante un público deslumbrado por los alardes visuales/estéticos y el fácil sentimentalismo. Empieza así la nueva ola de Kar-Wai Wong, con todo lo malo y lo bueno que conlleva...
Chris Jiménez
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