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Voto de Chris Jiménez:
10
Comedia. Drama. Romance Isaac Davis, un neoyorquino de mediana edad tiene un trabajo que odia, una novia de 17 años a la que no ama y una ex esposa lesbiana a la que desearía estrangular, porque está escribiendo un libro en el que cuenta las intimidades de su matrimonio. Cuando conoce a Mary, la sexy y snob amante de su mejor amigo, se enamora perdidamente de ella. La idea de dejar a su novia, acostarse con Mary y abandonar su trabajo supone para él el ... [+]
3 de mayo de 2018
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pues yo opino que la fría, dura y abarrotada Manhattan nunca fue mostrada en el celuloide de forma tan fascinante y cautivadora a como lo hizo el sr. Woody Allen en 1.979, cuando estrenó una de sus obras maestras, la cual llevaba, para más inri, el nombre de la ciudad por título.

Woody Allen estaba dispuesto a cambiar su cine a finales de los '70 y dejar el humor atrás para experimentar nuevos caminos y para que le tomasen como un director serio; la respuesta a ese anhelo vino dada con "Annie Hall", pieza clave de su filmografía con la que iniciaría una nueva etapa. Esas ganas de hacer películas más trascendentes se juntaron con su amor hacia Bergman y Chéjov y el resultado sería la brillante "Interiores"...no obstante, la gente que le había admirado por su anterior trabajo empezó a despreciarle, granjeándole ello un aluvión de malas críticas, y el film acabó por fracasar estrepitosamente en taquilla.
Este fiasco le dejó dolido y en malos términos con algunos de su equipo, aunque ello no le privó de seguir consagrándose a su cine; y como una luz reveladora, la "Rhapsody in Blue" de George Gershwin inspiró al director para una próxima película, que escribiría en compañía de su colaborador Marshall Brickman. La idea de Allen era combinar el estilo denso y ambicioso de "Interiores" con la vena más cómica de "Annie Hall", aparte de prestar especial atención al entorno en el que se iba a desarrollar la historia y con el cual los personajes deberían lidiar: la ciudad de New York.

Se podría decir que estamos ante un melodrama muy crítico, violento, a veces oscuro y también con alguna inclinación a la comedia, heredando, sobre todo, el estilo de Bergman y Fellini (nombrados literalmente en el film), el cual se destapa como una condensación del universo de Allen, aquél que iría presentándose en cada una de sus obras posteriores, marcada por el sello de terribles angustias existenciales y un humor más amargo, más volcado a una retorcida ironía que a la simpática risa que practicaba en sus primeros trabajos.
"Manhattan" es, ni más ni menos, que "la tragicomedia clásica de Woody Allen", con esas conversaciones tan intelectuales, esos museos de arte moderno y esos personajes tan típicamente neoyorkinos (de los cuales el director hace un retrato agresivo y paródico) atrapados en sus fobias, sus manías, sus discursos, sus problemas amorosos, sus visitas al psicoanalista, etc.. Cada uno de éstos ya son clásicos de la ficción "alleniana":

El sufrido protagonista (Isaac), algo torpe, susceptible, obsesivo, egoísta, negativo, con facilidad de palabra y teniendo que llevar siempre la razón; la mujer vengativa (Jill), amenazante, despiadada y muy atrevida; la frívola (Mary) snob que va de intelectual, que no es capaz de poner su vida en orden y que a pesar de pretenderse fuerte y decidida es en realidad infeliz e insegura; la chica inocente (Tracy) y optimista que cree en el amor y que al final se ve traicionada o engañada; el hombre también inseguro (Yale), racional, que se siente culpable al haberse dejado llevar por sus instintos en lugar de haber elegido la comodidad del matrimonio. Pero entre estos personajes hay uno clásico que no podemos olvidar, uno que acompañará al hombrecillo de gafas de pasta durante décadas: la propia Manhattan.
Grande, ruidosa, triste, hermética, llena de delincuencia, basura y drogas, y sin embargo, la película se abre con planos de la ciudad de una belleza espectacular, realzada por la deliciosa música de Gershwin y por el blanco y negro vaporoso del perfeccionista Gordon Willis. De este modo, el director nos presenta su paraíso particular, romántico, atractivo, entre clásico y moderno, repleto de luces que tintinean en la noche, haciéndonos ver que las frías y oscuras calles neoyorkinas también pueden ofrecer calidez, refugio y pasión.

Allen reinterpreta muy bien su personaje de Alvy Singer mientras que Keaton se consagra como una gran y versátil actriz; una joven Meryl Streep da el pego como la odiosa ex-mujer, Anne Byrne, más comedida, brinda una sutil y brillante actuación y Michael Murphy está sensacional, pero los elogios hay que dárselos a Mariel Hemingway, magistral en el papel de Tracy, seguramente el más espinoso de la película. Karen Allen hace una pequeña aparición al igual que Tisa Farrow, la hermana de la futura compañera de Allen (Mia Farrow).
Muchos críticos no le prestaron la suficiente atención y otros fruncieron el ceño ante el romance entre un cuadragenario y una chica de 17 años (opiniones que se generalizarían en la vida real del director tras el asunto Soon-Yi), no obstante, "Manhattan" fue un éxito absoluto de taquilla, y hoy sobrevive como uno de los más grandes logros del cineasta.

Quedan para la Historia los inolvidables diez minutos finales y el espectacular plano del amanecer sobre el East River contemplado por Isaac y Mary, ya convertido en un icono de la cultura popular.
Chris Jiménez
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