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Voto de GuiLLe22496:
7
Western. Intriga Pocos años después de la Guerra de Secesión, una diligencia avanza por el invernal paisaje de Wyoming. Los pasajeros, el cazarrecompensas John Ruth (Kurt Russell) y su fugitiva Daisy Domergue (Jennifer Jason Leigh), intentan llegar al pueblo de Red Rock, donde Ruth entregará a Domergue a la justicia. Por el camino, se encuentran con dos desconocidos: el mayor Marquis Warren (Samuel L. Jackson), un antiguo soldado de la Unión convertido ... [+]
15 de enero de 2016
21 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Decía Quentin Tarantino que tenía como objetivo realizar tres westerns antes de retirarse. El primero fue Django Desencadenado, un notable entretenimiento de temas raciales, sangre y violencia con el sello inconfundible del director. El segundo viene de la mano de ocho personajes tan odiosos como interesantemente ricos, en un compendio de actores que van desde Samuel L. Jackson, Kurt Russell, Jennifer Jason Leigh o Tim Roth, entre otros veteranos y reconocidos intérpretes.

Tarantino, desde aquella ópera prima que lo encumbró en lo más alto con Reservoir Dogs, ha dejado patente en cada una de sus creaciones su estilo personal, por lo que esta vez no ha sido la excepción y, sorprendentemente, tampoco se ha comido mucho la cabeza: el planteamiento inicial de aquella ha sido trasladado al contexto del viejo oeste, y con el punto de mira en Agatha Christie ha hecho un revuelto bastante apetecible de todos estos elementos, cocinado a un fuego lento por el don de su cocinero. Situada años despues de la Guerra de Secesión en Estados Unidos, na serie de variopintos personajes terminan aislados en la Mercería de Minnie, atrapados por una tormenta y condenados a entenderse para sobrellevar la situación. Pronto, empezarán a sospechar que quizás no lleguen a sus destinos como habían previsto...

Lo primero que ha de aclararse que de western tiene simple y llanamente la ambientación y el contexto, puesto que los personajes y la interacción entre ellos en el tenso cuchillo que maneja el cineasta es el centro de The Hateful Eight. Un popurrí de intriga y misterio con cada una de sus manías y virtudes conocidas por todos: explosivos gags, ironía, humor negro y una desmesura por la sangre que vuelve (como ya le pasó en Django) a estallar en su tercer acto. Sin embargo, en comparación con sus últimos trabajos, todo resulta serio, deliciosamente serio cabría añadir y bastante más contenido de lo habitual, faceta que viene a confirmar una madurez en la dirección que tiene su muestra más palpable en sus casi 3 horas de metraje.

No obstante, hay algo que flojea y bastante, y por desgracia no es la primera vez que vuelven a acusarse estos síntomas. A Tarantino le han faltado balas en el revólver. Los chispeantes diálogos siguen presentes (brutal y brillante la peorata de Samuel L. Jackson en otro personaje inolvidable) y las raciones esperadas por los fans satisfacen de sobra el hambre, pero se presenta un pero importante. Porque más allá de sus constantes y excesivamente largos puntos muertos que sufre la primera mitad de la cinta, el mayor pecado de un director de su nivel es no tener una idea impulsora, un concepto que lleve a la creación de un trabajo para contar algo más que una historia y desafortunadamente esa bala no ha sido disparada. El talento es indiscutible y su mano para los actores sigue intacto, pero Quentin parece empeñado desde ya hace varios años en centrarse en su disfrute personal, y hay tanta maestría en él que nos hace disfrutar también a nosotros. Aún así, debería ir pensando en poner todo ese trabajo al servicio de una idea que realmente valga la pena, encontrar un fundamento que aporte un verdadero sentido a un relato que no presta mucho atención a los elementos que le rodea.

Es una buena película sin duda, con un puñado de secuencias magistrales y otras tantas de exagerada duración que no llevan a ningún lado, acompañada junto a la sensacional banda sonora de Ennio Morricone, pero señor Tarantino, no estaría mal que la próxima vez no realice por realizar una "de pistoleros", pues parece que la fabricación de Los odiosos ocho haya sido exclusivamente por y para su persona, un majestuoso revólver descargado y fútil.

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GuiLLe22496
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