Todo el conjunto de la película es un desastre que tiene la virtud de poner progresivamente de mal humor al espectador paciente que sea capaz de aguantarla. Es de una memez inclasificable, sobre todo por mal hecha de principio a fin. La interpretación de Manuela Vellés me parece tan lamentable y patética como toda la película en su conjunto. Esta joven y guapa actriz ha tenido muy mala suerte con este debut y solamente salvará su carrera si se aleja definitivamente de proyectos tan horrorosos como éste. Segunda cosa: los diálogos son tan esperpénticamente burdos que no se aguantarían ni siquiera en el papel, cuando menos en boca de personajes tan ridículos y pretenciosos. De Bebe… ¿qué decir? Esta chica no sirve para este oficio y el espectador mínimamente exigente se pregunta, ¿porqué me hacen sufrir con tanta bazofia? De Medem prefiero no hablar, porque me ha torturado durante dos horas y encima pagando yo. Hablando de dinero, ¿quién ha podido pagar semejante engendro? Ciertamente películas así son preocupantes para el cine español. De momento Medem no volverá a tomarme el pelo y no volveré a creer en él, como ya tampoco lo hago en Garci o en Trueba, por poner solamente dos ejemplos. Bueno, un mal día lo tiene todo el mundo, pero si hubiera algo de dignidad, películas así no deberían estrenarse, como tampoco debieron hacerlo en su día El embrujo de Shangai ni Historia de un beso, de los antes mencionados directores.