Las fotografías de su esposa, Giulietta Masina, cuando ésta tenía 10 años, dieron lugar a la primera idea que surgió en la mente del director, Federico Fellini, al momento de crear el inmortal personaje de Gelsomina; y un castrador de cerdos, reconocido seductor al que conociera años atrás, fue su primera imagen al pensar en Zampanó (nombre que conformó con las primeras y las últimas letras de Zamperla y Saltano, propietarios de dos pequeños circos en Roma. Bien conocida fue la pasión del director italiano por estos espectáculos y de ahí surgió la idea del artista ambulante.

Por su parte, el escritor Tulio Pinelli, un día que viajaba hacia Turín observó a un hombre que, por el agreste camino, tiraba de una carreta cubierta por una lona mientras era ayudado por una mujer de muy pequeña estatura. ¿Cómo habrán vivido? ¿Cómo será su relación? ¿Qué suerte de cosas habrán experimentado durante el difícil viaje? Ésta suerte de preguntas que quizás pasaron por la mente de Pinelli, y al compartir, junto a Fellini, todo un cúmulo de ideas hizo que surgiera, <<LA STRADA>>, convirtiéndose en la trágica historia de amor entre un burdo macho y una joven con ciertas limitaciones que, al unirse, quizás descubran que cada uno tiene sus sentimientos y que, contra todo, están hechos el uno para la otra.

Las anécdotas que veremos en su trasegar por los caminos de Italia, van a dar cuenta de la fuerte relación que va teniendo lugar entre dos seres completamente disimiles, pero, donde cada uno va descubriendo lo que necesita del otro para vivir. Son como el agua y el aceite, pero, como éstos dos líquidos, cada uno a su manera es capaz de fluir, de darse y de necesitar del otro. El candor de Gelsomina, choca con la hostilidad de Zampanó, pero, en su corazón presienten que, es con el otro que pueden llegar a ser o es con el otro que les llegará la desgracia.

Fellini, hace una severa crítica contra el machismo que tanto daño ha causado a la mujer a lo largo de la historia, pero, comprende y así lo refleja, que, en consecuencia, el mismo machismo termina convirtiéndose en la desgracia de los hombres. Unicuique suum.

Giulietta Masina, recrea a una Gelsomina que da prueba decantada de que no es indispensable ser sabio para ser muy especial, y su personaje -con maquillaje al estilo kabuki-, fluye con una espontaneidad y una calidez que conmueve profundamente; y Anthony Quinn (Zampanó), es el típico macho latino que va de tumbo en tumbo pretendiendo ser… pero sin lograrlo. Necesario mencionar a, Richard Basehart, quien, como el Loco, ofrece un grato toque de humor que suaviza el drama con placentera brisa.

Fellini, tiene aquí una obra maestra, ganadora del León de Oro en Venecia y del premio Oscar a la Mejor Película Extranjera… y, Nino Rota, nos regala una de esas partituras con aroma a eternidad.

Título para Latinoamérica: <<LA CALLE>>