Cuando todo el mundo pensaba que el I.R.A. (Irish Republican Army) –aquel movimiento libertario, fundado en 1919, para luchar por la soberanía e independencia de Irlanda- era cosa del pasado, al agudizarse, en los años 1960, la discriminación contra los irlandeses, el asesinato de católicos y la brutal represión contra sus manifestaciones de inconformidad, las leves chispas que, entre las cenizas, llevaban aún encendido el ideario de la libertad, se unieron para conformar un nuevo I.R.A. e iniciaron, desde 1969, una férrea campaña por la reunificación e independencia de las dos Irlandas, que daría mucho que hacer a las fuerzas represivas inglesas durante varias décadas. Sus operaciones se centraron en Irlanda del Norte, en aras de forzar la retirada británica, pero su accionar tropezaría con una reacción intolerante y cada vez más aguda, por parte del ejército y la policía de su majestad.

Cuando en 1976, el gobierno británico denegó el estatus político a los prisioneros del I.R.A. asumiéndolos como criminales comunes a los que debía tratarse con el mismo rigor, estos iniciaron una “sucia protesta” en la que se negaban a bañarse, tiraban sus orinas a los pasillos y hacían otras tantas cosas de peor gusto que despertarían la furia de sus carceleros... pero después, sus hombres en libertad hacían cobro de los severos castigos, ejecutando a los oficiales que ejercían la represión.

Tras una primera huelga de hambre en 1980, que duraría cerca de dos meses, en 1981, en la prisión Maze de máxima seguridad, otro grupo de reclusos que seguía abogando por la recuperación de su estatus político, inició otra severa huelga en la que hubo un recluso del I.R.A. cuyo nombre resonaría en todo el mundo cuando los medios se enteran de que, estando en prisión, fue elegido parlamentario.

Lo ocurrido con Bobby Sands (Robert Gerard Sands, 1954-1981) es lo que va a contarnos en su impactante película “HUNGER”, el director Steve McQueen, siendo esta una opera prima valiente y comprometida -con muy eficaces y significativos recursos narrativos-, que se propone dejar fielmente plasmada la manera como, algunos hombres, son capaces de mantenerse fieles a sus principios por más que pretendan someter su voluntad.

Michael Fassbender, uno de los más apreciables talentos de los últimos años, consigue darnos una potente interpretación como ese rebelde de cojones que siente que “la libertad significa todo” y que, aunque le cueste la vida, se mantendrá firme en la lucha por la independencia de su patria.

Título para Latinoamérica: “HAMBRE”