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Voto de Luis Guillermo Cardona:
6
Comedia. Drama. Aventuras Obra maestra de Chaplin, en la que interpreta a un solitario buscador de oro que llega a Alaska, a principios de siglo, en busca de fortuna. Una fuerte tormenta de nieve le llevará a refugiarse en la cabaña de un bandido. En 1942 fue reestrenada en versión sonora. (FILMAFFINITY)
11 de julio de 2023
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es cierto que nuestra inteligencia, por independiente que parezca, no puede aislarse de la afectación sentimental, pues, siendo seres holísticos, somos una plena interrelación de todo lo que somos con aquello que sentimos. Pero, precisamente, esta misma cohesión es la que reclama que, una valoración y un análisis cinematográfico, tenga que hacerse desde la confluencia técnico-argumental + afectación subjetiva, no sólo desde lo emocional, pues ésta instancia es la más tramposa que poseemos los humanos. Razón tenía Nietszche cuando decía: “No des crédito a tus ojos ciegos, ni a tus oídos sordos, aquilátalo todo con el poder del pensamiento”.

Defendiendo la objetividad por encima de cualquier sentimiento como acostumbro hacerlo, tengo que decirlo: Charles Chaplin era un tramposo. Lo hacía como realizador al buscar el facilismo emocional (la lágrima, la lástima, la aparente indefensión…) porque desde, “The Kid”, comprobó que ésto doblegaba a las masas y las ponía de su lado hiciera lo que hiciera; así, su Charlot era tramposo y deshonesto, pésimo ejemplo moral para una sociedad a la que afectaba –y afecta- mucho más de lo que cabría desear... y lo peor, es que no lo logra sólo con la gente del común, ha conseguido envolver en su trampa a serios intelectuales y a curtidos críticos de cine.

<<LA QUIMERA DEL ORO>>, una película a la que se le prenden velas, personalmente la veo como un ejemplo preciso de lo antes enunciado. Veamos:

El guion es incoherente: 1. ¿Qué enlace real tiene la divertida historia de la búsqueda del oro, con el lastimero drama que luego transcurre en el pueblo?... 2. El explorador decidido y valeroso que vemos en principio, capaz de alcanzar la cima que lograban pocos y de sobrevivir a la presencia de un asesino y un “caníbal”, ¿En qué se parece al vagabundo que llega al pueblo y se convierte en el hazmerreír de cuatro necias chicas?... 3. ¿Qué pasó con la casa que, en un acto de ilógica decisión, le dieron al vagabundo para que cuidara y éste abandonó irresponsablemente? ¿Regresó el dueño? ¿La robaron? Éste es un bache que queda sin explicación alguna... 4.Y el happy end ¿podía acaso ser más improvisado?

Al ganarse el desayuno con un falso desmayo en casa de Hank Curtis; al lanzarle la nieve a los vecinos y luego cobrarles por quitársela; y al abusar y traicionar la confianza que su benefactor, Curtis, deposita en él, ¿no se revela plenamente, el Vagabundo, como un indeseable? ¿Qué es, en ésto, lo que tanto nos conmueve? ¿Hay algo divertido o digno de admirar?

Por lo demás, exceptuando la escena del zapato comestible; la de la casa tambaleante, donde fluye con fuerza la creación artística; y la del baile con los panecillos -copiada de, "The Rough House" (Roscoe Arbuckle y Buster Keaton, 1917)- lo demás es poco relevante; y los gags, claramente escasos, lucen de regateable ingenio.

Así es que, en efecto, siento que con, <<LA QUIMERA DEL ORO>>, estamos ante un filme entretenido, pero, ¡excesivamente sobrevalorado!
Luis Guillermo Cardona
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