Cuando el director, Joseph L. Mankiewicz, tituló a esta película, “All about Eve” (Todo acerca de Eva), creo que no aludía sólo a, Eva Harrington, sino a todas las mujeres de su historia… ¡y a todas las mujeres del mundo! Al fin y al cabo, son ellas las que protagonizan la historia casi de principio a fin; y en la vida real, con alguna frecuencia, los hombres también jugamos como motivos y necesidades accesorias al verdadero objetivo de sus existencias. Pero, valga aclarar que, en cierto grado, ésto también ocurre a la inversa y bien podría hacerse un elocuente filme que se titulara, All about Adam (Todo acerca de Adán), pues, en su momento, los caballeros también hacen de las suyas.

Todo lo que ocurre en ésta afilada y corrosiva historia, tiene su raíz en dos valores culturales que nos mantienen rezagados como sociedad humana: 1. El afán de éxito a como dé lugar y 2. El rechazo enfermizo a la pérdida de la juventud.

Por hallar el éxito se cae en la mentira, la adulación, la traición… y al final, lo que logras no significa nada, porque tu conciencia te atormenta cada día, recordándote que lo que tienes no es fruto de la dignidad, y cuando un hombre sabe que pisoteó a aquellos que, con generosidad sincera, un día creyeron en él, ¡cuán vacuo es el éxito y cuán de barro los trofeos!

Por otra parte, anhelar la juventud perdida es confesar que no se ha vivido ni se ha colmado la existencia. Que cada edad tiene su propio encanto y cuando se está a gusto con las experiencias tenidas, el nuevo aspecto adquiere una gracia y un brillo sumamente especiales. Por otra parte, en la novela de la vida, cada capítulo debe cerrarse y hay que pasar al otro con nuevo brio y con una adaptabilidad sin tregua, pues, el estado evolutivo, para dicha nuestra, no reconoce el estancamiento en un sólo aspecto... y esto vale hasta para las piedras.

Bette Davis, impecable como esa Margo, generosa y soberbia, que se resiste a todo lo que pueda dejarla atrás. Exquisita, Anne Baxter, con esa imagen de niña buena, mientras afila sus dagas para usurpar el trono. Preciso, George Sanders, como el periodista metamorfo; y divina, Barbara Bates, con esa presencia tan fugaz como su existencia, en un cierre cinematográfico de verdadera antología.

<<EVA AL DESNUDO>>, es un filme en el que no cabe perderse ni un sólo diálogo, pues reluce la exquisitez en cada una de sus palabras; y la precisión de movimiento de sus sólidos personajes, es el resultado de un artista que contempla a cabalidad su escena.

Esto es cine excelso que enaltece al arte y pone a la vida ante un espejo.

Título para Latinoamérica: <<LA MALVADA>>