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Voto de Luis Guillermo Cardona:
6
Drama. Romance Año 1866. Livia, una bella dama de una aristocrática familia italiana, vive un intenso romance con el teniente Franz Mahler, un oficial del ejército austriaco, en plena guerra de independencia italiana frente a Austria. (FILMAFFINITY)
25 de octubre de 2010
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Senso significa sentido, y este es un filme con personajes carentes de sentido, pero no es nada raro, pues, el sentido común, es el menos común de los sentidos. Éste se convertirá, entonces, en una tragedia y tendrá todos los acentos del melodrama estilo ópera que a Luchino Visconti fascinaba. Abundará así el desdoblamiento corporal, la lágrima fácil, la mirada furtiva, el beso tímido reiterado, el amaneramiento del galán y un ambiente elegante con colores muy cálidos y la música de fondo de los compositores eternos.

Para complacerse a sí mismo, Visconti entremezclará con su historia apartes de “Il Trovatore” de G. Verdi. Y al protagonista lo llamará Franz Mahler con evidente alusión… ya ustedes saben a quienes. Y la historia transcurrirá en Venecia, símbolo del romanticismo en canoa. Y Alida Valli, piel morena con ojos muy claros, llenará la pantalla con su furor latino para decirnos que el amor hay que sentirlo contravenga lo que contravenga y pésele a quien le pese. Pero, luego dejará sentado que, si el amor no corresponde a tus sacrificios y dádivas, deberá pagar con su vida por no ser equitativo. Clásica revelación del siempre rancio amor-transacción.

Redunda bien el cuento de la dulce e implacable venganza, y el soldadito de inicial impetuosidad, transmutado en irresistible romántico, y reducido a vil desertor y canalla traidor, queda como ejemplo de que con el Noble amor nunca se juega.

¡Claro que en la vida hay hombres y mujeres melodramáticos! Y el melodrama per se, no es necesariamente un término peyorativo pues, de ser así, ya la ópera sería un cuento arrojado al río en un par de hojas de platanal. Pero, los afanes obtusos, aunque no sean arrojados merecerían serlo, porque sólo hacen sombra, causan desgracia y dan grima.

Una primera media hora parecía presagiar un filme sólido, decantado, con firmes pilares. La novela de Camillo Boito lograba levantar vuelo. Había fuerza en los diálogos, pues además de Visconti y Cecchi D’Amico, dieron sus puntadas, Tennessee Williams y Paul Bowles. Tuvimos la impresión de una disertación atinada sobre la objeción de conciencia, sobre el reproche a las naciones invasoras y sobre el derecho a defender la autonomía de los pueblos. Pero, el sentir más íntimo de su contexto, pertenece a una época que ya no es la nuestra.

Por esto, “SENSO” huele a 1866, y puede verse con la gratitud de una obra pictórica cuya imagen -e idea- no tiene movimmmmmiento.

Título para Latinoamérica: “LIVIA”
Luis Guillermo Cardona
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