Jimmy alias “El Santo” ha dejado atrás su pasado como matón para un mafioso conocido como el Hombre del Plan (Christopher Walken) e intenta tirar adelante con su excéntrico negocio “aftertlife”, consistente en gravar a clientes terminales para que den testimonio a sus familiares una vez hayan pasado a mejor vida. Pero su empresa no va a buen viento aunque se le presenta la oportunidad de ganarse unos miles de dólares cuando El Hombre del Plan lo recluta de nuevo para que impida que la ex-novia de su enloquecido hijo presente en sociedad a su nuevo y ricachón novio californiano. Todo parece ir viento en popa: un susto, nada más. Pero Jimmy cuenta con algunos de sus colaboradores que, por su carácter e impulsión, pueden tirar el plan por la borda. Entre ellos Billy el Crítico (Treat Williams), Viento Fácil (Bill Nunn), el veterano Pedazos (Christopher Lloyd) y el leal French (William Forsythe).

Nos encontramos ante un film negro con un humor del mismo color: negro. Con un plantel de actores que encajan con sus personajes a la perfección según sus circunstancias. Éste thriller no se plantea afortunadamente como un rompecabezas sinó en la elaboración de un plan desastroso que irá desvelando quién es quién en cada uno de los miembros de la banda de Jimmy el Santo: un zoo policíaco que si no llega al friquismo (la frase “Yo soy Godzilla y tu eres Japón, no puede llegar a cotas más altas), poco le falta gracias al acierto de los diálogos (fantásticos los monólogos de Walken atosigando a Andy Garcia) y la presentación de algún que otro asesino a sueldo (genial Steve Buscemi en su rol de “Ssssh…” ¿Un homenaje a “Le Samourai” de Melville?).