Enzo G. Castellari es un director italiano que su carrera seguiría acusándose de mediocre sino fuese porque en los años sus películas han envejecido de modo aceptable. Citando ejemplos como “Keoma” (para mi, su mejor película), las explotation “El Cazador de Tiburones” o la falsa secuela “Tiburón 3; el Último Tiburón”(algo risibles pero no dejan de tener su encanto) o esa adaptación de la novela de Vázquez Figueroa “Tuareg” (1983) interpretada por el entonces popular Mark Harmon. Entre otros tantos filmes, la videoteca de Castellari es simpática y goza de un regusto circense porque su sentido del espectáculo puede resultar de ser pobre a ser soberbiamente interesante sin llegar a alcanzar las cotas de un especialista, al estilo americano, en rodar secuencias de acción.

“Quel Maledetto Treno Blindato” (1978) es un film bélico cargado de acción, gamberro y desde hace pocos meses uno de las cintas más ignoradas de este romano que reúne a un plantel de actores como si de un Equipo A de la Segunda Guerra Mundial se tratara. Desertores que tienen en su huida a enemigos tanto aliados como nazis. Y en todas partes pero que en su ruta de escape de la ocupada Francia a la Suiza neutral, pueden ser redimidos de tanta culpa en los borrones del historial de cada uno. Para ello tienen que cumplir una peligrosa misión consistente en robar el cabezal de un potente misil en el vagón de un tren custodiado por los alemanes. Dicho pelotón es pintoresco; no faltan en la supervisión un teniente piloto de aviones (Bo Svenson) que se tiene que hacerse al mando de una banda de asesinos y ladrones, (entre ellos un suboficial de color interpretado por Fred Williamson, que deberá hacer frente a los prejuicios raciales que le despachan a la cara sus compañeros de misión) y ejecutar sus planes con la ayuda de la resistencia liderada por una bella mujer Nicole (Debra Berger, y por cierto con un gran parecido físico a su tarantiniana sucesora Mélanie Laurent).
Se trata de un películita pseudobélica que goza de sus giros argumentales (traiciones e inesperadas secuencias de acción) y de unos personajes bien trazados; razón de más para que Quentin Tarantino tomará dichos perfiles como base para crear a los suyos en “Malditos Bastardos”.