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Voto de Natxo Borràs:
7
Drama. Terror En una isla viven los Borg: Johan, que es pintor, y su mujer Alma. Sus vecinos, los siniestros Von Merken, poseen un círculo de amistades tan escalofriante que Johan comienza a obsesionarse con la idea de que los demonios lo acechan... (FILMAFFINITY)
21 de enero de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ingmar Bergman experimentó con el género de terror psicológico en una de sus películas más complejas y mal interpretadas que, debido a esa condición, ofrece múltiples lecturas y visionados, ya algo muy común en su cine y que ya demostró en las más famosas de sus obra maestras como “El Septimo Sello” (Det sjunde inseglet, 1957).

El director sueco nos traslada al periodo de aislamiento de un matrimonio, Johan (Max von Sydow) y Alma (Liv Ullman). Él es pintor de paisajes y no parece sacar un buen provecho en su nueva morada, ya que deberá enfrentarse a sus fantasmas y demonios interiores. ¿Y cómo lo expresa Bergman? A través del testimonio angustiado de Alma y esos fondos oscuros en donde se desempeña éste magnífico pero sórdido drama abstracto en que lo secundan los otros habitantes de la isla que no dejarían de ser más que los reflejos oscuros de Johan: un matrimonio de condes en decadencia absoluta, sus pocos cuerdos parientes y amigos que desempeñan unos roles la mar de extravagantes como grotescos y una bella mujer rubia (interpretada por otra de esas grandes musas de Bergman como lo fue Ingrid Thulin).

Una pequeña pieza a revisar en que el director vuelve a plantear temas como la obsesión humana, el miedo, la locura, haciendo alusión a una de sus grandes composiciones preferidas, la ópera “La Flauta Mágica” de W. Amadeus Mozart que adaptaría a la pequeña pantalla unos años más tarde, pero sin descuidar su gran calidad de cineasta adelantado a su tiempo.
Natxo Borràs
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