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Voto de Natxo Borràs:
6
Terror. Comedia Elvis Presley vive y reside en una vieja residencia al este de Texas. Años antes de su "muerte", Elvis cambió su identidad por uno de sus imitadores, pero perdió la oportunidad de dar marcha atrás en el trato. Elvis formará equipo con Jack, un compañero de la residencia que dice ser el presidente John F. Kennedy, para luchar contra una maligna entidad egipcia que absorbe el alma de los indefensos ancianos del asilo. (FILMAFFINITY)
24 de junio de 2010
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Elvis Presley (Bruce Campbell) no murió. El Rey, cansado de tanta fama, decidió ser suplantado por Sebastian Hauff (el propio Campbell) un fan imitador suyo, que es quién realmente reposa eternamente en la mansión de Graceland. El Rey, tomando la identidad de Hauff, vive de su tercera edad en Mid Creek, un apartado asilo de Texas. Allí pasa los aburridos ratos cercenado a los problemas de salud que se limitan a los niveles, cada vez más bajos, de su apreciado miembro viril que tantas fiestas y aventuras le había reportado fuera de los escenarios.

En la residencia tendrá que enfrentarse a otro rey. Pero éste es una momia egipcia que hace acto de presencia por la noche como un espectro dejando a su paso unos escarabajos más fastidiosos que una mosca cojonera por los claustrofóbicos pasillos del geriátrico. La muerte de algunos residentes alerta a Elvis y a Jack (Ossie Davis), un hombre de color que dice ser John Fitzgeral Kennedy y que le aplicaron un implante de piel después del frustrado intento de asesinarlo en Dallas. Estos dos grandes héroes de la Norteamérica contemporánea intentarán derrotar a Ho-Tep, que no les quita el ojo en toda la noche, y que ha desatado su maldición después de que la momia intentase ser exportada a un museo con el inconveniente de que durante el viaje, el camión que lo llevaba sufrió un accidente y su cuerpo fue a parar a un río cercano, desatando así su furia espectral.

Los tiempos nostálgicos de “Fantasma” ya no son lo que eran en “Bubba Ho-Tep”. Pero Coscarelli nos congratula en un viraje a su primer trabajo en toda esencia. Porque el film resulta ser tremendamente desternillante y la mar de simpático. El friquismo es imperante y el director de “El Señor de las Bestias” (1982) se lo pasa en grande reuniendo a viejas glorias del fantástico como Bruce Campbell (el sufrido retoño de Sam Raimi en “Posesión Infernal” (Evil Dead, 1982)) o Reggie Bannister, polifacético músico y actor que ya intervino en “Fantasma” y que aquí interpreta al director del geriátrico.

Un film de terror puede ser crepuscular aunque sus principales protagonistas se basen en la cultura y la política estadounidense, y la pregunta de que hubiera ocurrido si no hubieran sido víctimas de su propio destino. Coscarelli como modesto maestro del horror se le recuerda aún, aunque tenga que realizar un producto tan llamativo como “Bubba Ho-Tep”. Muchos jóvenes de veintipocos se sorprenderían a carcajadas. Los que disfrutamos con “Fantasma” esa pieza de ultratumba que realizó en 1979, entendemos entre líneas que a veces la desfachatez de un director de filmografía pobre y siempre encarada a un género, tiene las que decir después de casi veinticinco años sin hacerlo.
Natxo Borràs
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