Tercera aventura cansina del policía José Luis Torrente sin alejarse de su tono, fascista, machista, fan del Fary y del Atleti de Madrid y dispuesto a buscar justicia allá donde haga falta con su legión de “friquis” que aquí se incluyen el humorista José Mota, Javier Gutiérrez, el Risitas del Cuñaooo, y, cómo no, nuevamente Tony Leblanc interpretando a la abuela del hediondo protagonista e infraser donde los haya… Con el fin de proteger a una eurodiputada (Yvonne Sciò) que, en su llegada a Madrid para participar en un foro sobre medio Ambiente, alguien quiere matarla… Y detrás del plan está el malévolo dueño de la Empresa Petrolífera Petronosa, Montellini (Fabio Testi). Con la complicidad de algunos miembros de la policía, Montellini sabe que la política tiene los días contados si le encargan al ruinoso Torrente para protegerla. Y para ruinas al poli le ponen al mando de una patrulla de desastrosos ineptos y para más inri le aparece un hijo (Carlos Latre).

Antes de lanzarse al 3-D, Santiago Seguro creyó que saldría bien airado de recaudación con ésta tercera película (rodada con más efectos y mucha menos seriedad dentro de su humor rociado de malgusto y verborrea patria) parodiando al 11-S, a la realidad lingüística catalana (surrelista el sueño y su encuentro con su amiguete Buenafuente) pero sin llegar a más de lo que ésta saga maloliente se sigue rebajando de infumable y endeble. Un bodrio asegurado.