Magnetismo, tensión bárbara y violencia lujuriosa se dan de la mano en este oscuro, turbio e insalubre thriller que emana sobriedad y fuerza. Los Coen, que aquí aparcan ese humor tan rancio y bestial que les atesora, retratan un panorama asolador y frío tomando como referencia el mejor cine negro, los westerns más remarcables y la estética humanista de Eastwood con un estilo visual endotérmico e impactante. Un mezquino guión que otorga a un monstruoso Bardem, uno de sus mejores papeles.
Se desmitifica el género western hasta hacerlo subversivo. Plasma la dureza de la tierra texana y el ambiente transgresor que baña el mundo del crimen, como poca gente lo ha hecho hasta el momento. Ese entorno árido y cruel que se emana en cada toma, aflora nuestras más sinceras angustias. Un sitio donde la vida se costea a cara o cruz. Donde las reses y los humanos no se diferencian tanto en su modo de ser tratados.
Todo está rodado con convencimiento, hondura, temple, soltura y nervio al mismo tiempo. Sensacional clase maestra impartida por los hermanos Coen