Manuel Gómez Pereira es víctima de los prejuicios de su generación, y cae, en efecto, en la trampa de la guerra de los sexos... la inseguridad y el neuroticismo que lleva a una persona a descalificar a las mujeres o a los hombres expresa francos problemas de personalidad; por desgracia, muchos cineastas, guionistas y políticos siguen enfrascados en este conflicto estéril (mujeres versus hombres) que, ya se ha visto, no conduce sino a ahondar los problemas de relación que la Humanidad padece desde hace tanto tiempo. El elenco no desluce en absoluto: lo fatal está en el guión.