“Sensibilidad” es la palabra que mejor define a La ventana de enfrente: sensibilidad en el arte de narrar; sensibilidad estética; sensibilidad actoral… Ferzan Ozpetek conmueve sin recurrir a cursilerías ni a golpes bajos.

El tema en que se centra es la oportunidad de cambio, a la creencia de que siempre hay un espacio para barajar y dar de nuevo. La ventana de enfrente expone el dilema generado por toda situación que exige optar entre el deber y el querer, entre la responsabilidad y el deseo. De esta manera, Ozpetek describe esa posibilidad de elegir como siempre presente entre nosotros y, en definitiva, como factor determinante de nuestra felicidad.

La ventana de enfrente es una propuesta muy recomendable para quienes quieran tomarse un respiro de tantos tiros, golpes, choques y efectos especiales que andan dando vueltas por ahí. Sin dudas, ésta es la ocasión ideal para disfrutar de una hermosa fotografía (los exteriores de Roma se ven muy bellos), de una banda de sonido espléndida, de excelentes actores y, sobre todo, de una historia muy bien contada.

Después de ver la película una ronda esa pregunta en mi cabeza. ¿Deber o querer? Lo ideal sería ambas, pero si hay que elegir... uf uf, no sé.

Véanla, no será tiempo perdido.

Saludos.