Antes de nada voy a hacer un inciso. Yo no creo que esta película sea mala por faltar a la nostalgia, porque no aparezca Mushu y porque no tenga parecido con la película de animación de los 90. Mulán es un poema épico escrito en la China del siglo VI. Es una obra que versa sobre el honor, sobre la lealtad, sobre el servicio y como, por esto, una muchacha decide ir a la guerra en lugar de su anciano padre.

El pasado de las diferentes civilizaciones nos ha provisto a la humanidad de suficiente épica y lírica como para parar un carro y es normal que estas obras se adapten de mil formas diferentes. Cada una con la visión de sus autores y con un modo distinto de contar una historia.

Ahora vienen los problemas con esta adaptación al cine y no, los problemas no son "no sale Mushu" "no cantan canciones de mi infancia". Los problemas son que una directora neozelandesa ha intentado hacer una película wuxia. Osea una película de artes marciales épicas chinas, sin entender absolutamente nada de este género y de lo que supone.

Me van a permitir un símil gastronómico. Pero imaginen que les ofrecen un plato de arroz cocido, con palitos de cangrejo, salchichas de Oscar Mayer y un chorreón de keptchup y mostaza. Y a este engendro culinario tienen el valor de llamarlo paella valenciana. Pues Mulán es exactamente eso. Una intentona hollywoodiense de algo propio de China pero sin comprender y sin entender absolutamente nada de las claves del género.

Si es cierto que es una producción millonaria y eso se nota en la dirección artística, el diseño de producción y en la fotografía con unos colores que tratan de imitar a Hero. Pero el resultado es un producto tibio y descafinado con dosis de feminismo pop únicamente porque está de moda.

No entienden la profunda historia de devoción y servicio que es Mulán. No entienden la concepción de las artes marciales como método de alcanzar proezas increíbles como parte de la elevación espiritual dentro de la tradición china.

Al final un producto comercial, que explota la nostalgia de mala manera y que ni contenta a nostálgicos ni a fans del género. Y no se confundan, el poema de Mulán me parece de una belleza muy sensible. La película de animación es bastante buena. Pero si quieren ver una buena película de Mulán de imagen real, les recomiendo la adaptación china del año 2009. Una película bellísima y bien ejecutada que sí merece la pena.

Por último he de hacer un pequeño inciso. Me alegra que Disney haya fracasado con esta película y su intención de pasar por encima de las salas. La hegemonía del ratón les hacía pensar que serían capaces de que la gente pagará 22 euros por ver un producto desde la plataforma de streaming y no ha sido así. El fracaso ha sido sonado y la película naufraga. Y es que no se puede aceptar que las salas le hagan la publicidad de la película para al final dejarlas en la estacada con el experimento. Experimento que por fortuna les ha estallado en la cara.

Y si a alguien le interesa, en el spoiler reproduzco la traducción de wikipedia del poema de Mulán.