Película que habla de valores universales, desde la perspectiva de una niña que acaba quedar huérfana y tiene que adaptarse a una nueva vida con sus tíos y su prima, aun más pequeña, intentando encontrar su espacio vital. Este sencillo hilo narrativo, prácticamente inexistente, le sirve a la debutante en el largometraje Carla Simón para desgranar un emotivo relato de emociones, sentimientos y miradas (sorprendentes las dos niñas protagonistas) cargado de sentido humano. Solo se echa de menos un poco más de contenido narrativo para articular los planos (muy bien descritos, por cierto) que nos desvelan la parte más sensible del alma. Por ello no creo que los americanos sepan leer esta historia que la Academia de Cine ha propuesto para representar a nuestro país en los Óscar. Suerte.