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Colombia Colombia · Cartagena
Voto de Aprendiz:
9
Drama El objetivo de Andrew Neiman (Miles Teller), un joven y ambicioso baterista de jazz, es triunfar en el elitista Conservatorio de Música de la Costa Este. Marcado por el fracaso de la carrera literaria de su padre, Andrew alberga sueños de grandeza. Terence Fletcher (J.K. Simmons), un profesor conocido tanto por su talento como por sus rigurosos métodos de enseñanza, dirige el mejor conjunto de jazz del Conservatorio. Cuando Fletcher ... [+]
9 de diciembre de 2018
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después de leer varias críticas en donde se alaba y en donde se critica éste film, llego a una humilde conclusión:

- Algunos juzgan el tratamiento ordinario del jazz aquí: unos dicen que bien pudo tratarse de un baterísta como de un futbolista, un boxeador, o qué sé yo, porque a la larga la película trata sobre la relación tensa y competitiva entre el aprendiz y el profesor en la obsesión por la perfección. Pues sí y no. En defensa diré que no se trata de música, sino del arte en todas sus expresiones, pues alrededor de la película se muestran la vivencias que atraviesa el artista por sus metas: el volverse asocial, el ser un ciudadano falto de tacto, un mal novio, neurótico y procastinador, un miembro de familia "raro" con evidentes rasgos egocéntricos, en fin, un ser que se consume y se aleja voluntariamente -y encuentra dignidad y orgullo en su sufrimiento- por el amor a lo que hace y por su deseo de hacer arte, convirtiéndose en un verdadero profesional justo al mismo tiempo en que se vuelve un asco de persona y pierde el sentido común. Éste tipo particular de deterioro personal sólo sucede en el arte (pintura, escritura...), pues en cuanto a los otros "deportes" ciertamente hay un fuerte agotamiento físico y mental, pero nunca una transformación psicológica- una renuncia a los placeres de la vida- tan peculiar como la reconocida aquí en repetidas escenas en toda la película.

Quien se mueve en el ámbito del arte, incluido el fanático del cine que ahora me lee, sabe que ésta es una característica que todo artista tiene y con la que lucha toda su vida: en su interior se siente incómodamente superior al resto, a esos que no aprecian el arte y concentran sus vidas en cosas "sin trascendencia". El discurso puesto en la mesa sobre el valor del arte aquí es pertinente, pues sobran quienes son abierta y conscientemente asociales porque piensan que "los demás no hacen nada de valor":, y ésto es un tema que, a groso modo, no podría ser definido como bueno o como malo, sino discutirse muy extensamente y casi sin llegar a acuerdos totales. Es entonces cuando podemos entender desde el principio la actitud del profesor gruñón, medio desquiciado y entregado de lleno a la vida artística, y con la violencia que impregna en el estudio mientras que, por otro lado, es un tío normalón y hasta gentil en el camerino. Por eso son perfectas las escenas en las que es amable con su estudiante estando afuera, y es un demonio adentro (A excepción de la caricaturización del personaje en las escenas en que tira sillas y cosas) Estoy seguro que muchos hemos conocido a una persona similar.

Entonces probablemente lo que esté mal en ésta película sea el título en particular, el cual yo quitaría el "música y obsesión" por un "arte y obsesión", porque, apoyando lo que muchos aquí en filmaffinity han pensado, la música es sólo una excusa para la trama. Y a pesar de que se habla de ella en toda la película, no es que tenga mucha trascendencia. No hay disfrute por la música (no con tantas repeticiones), sólo un egocentrismo constante y estrés por el posible error que alimenta el argumento hablado anteriormente.

Más en el spoiler
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
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