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España España · bilbao
Voto de ernesto:
8
Drama. Intriga En 1913, en vísperas de la Gran Guerra (1914-1918), extraños acontecimientos, que poco a poco toman carácter de castigo ritual, se dan cita en un pequeño pueblo protestante del norte de Alemania. Los niños y adolescentes del coro del colegio y de la iglesia dirigido por el maestro, sus familias, el barón, el encargado, el médico, la comadrona, y los granjeros conforman una historia que reflexiona sobre los orígenes del nazismo en ... [+]
20 de abril de 2010
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Todavía me quedan por ver unas cuantas de las películas dirigidas por Michael Haneke, pero las que he visto (las más conocidas) son más que suficiente para considerar al director austriaco como uno de los más interesantes dentro del amplio y variado panorama del cine europeo actual. Sus películas no son experiencias agradables, incluso en algún caso pueden resultar algo insatisfactorias, pero siempre consiguen mantenerte enganchado a la pantalla, por muy incómodo que uno se pueda sentir ante lo que allí sucede.
Con La cinta blanca, película con la que por fin ganó la Palma de Oro en Cannes, da un paso adelante en su filmografía. Al análisis habitual de lo más complejo y rebuscado de la naturaleza humana, en esta ocasión Michael Haneke añade una puesta en escena de una perfección milimétrica donde la elegancia y el buen gusto combinan de forma inquietante con una historia tan perturbadora como contenida.
Estamos en un pueblo del norte de Alemania en la época previa al comienzo de la Primera Guerra Mundial. Es una comunidad protestante donde la religión, la moral, y las estrictas normas sociales actúan como inmaculada fachada de una sociedad que esconde sus miserias en el interior de sus casas. Todo cambia cuando una serie de extraños y violentos sucesos comienzan a perturbar la aparente calma del pueblo. Gracias a estos hechos que nadie sabe como ocurren, nosotros, los espectadores, podemos explorar en la trastienda de una sociedad en la que la impostura y las apariencias esconden el germen de algo realmente peligroso.
Precisamente sobre esto último es sobre lo que más se habló con motivo del estreno de la película en Cannes el año pasado. Se trato de hacer ver que lo que muestra La cinta blanca de manera sutil, estilizada y enfermiza, es el origen del fascismo que algunas décadas llevó a Europa al borde del abismo. Después de ver la película es algo que yo no deduzco de forma tan evidente, pero en cualquier caso, la película habla de una sociedad enferma y lo hace con un lenguaje por momentos extraordinario, aunque no siempre fácil de digerir o de asimilar.
Junto a unas imágenes prodigiosas, en las que deslumbra un blanco y negro memorable y una dirección artística prodigiosa, en La cinta blanca abundan las secuencias que bajo una apariencia de calma esconden una violencia brutal. Momentos como los reproches que le hace al médico del pueblo a la que ha sido su amante durante años, o la dureza con la que el pastor trata a sus hijos ponen los pelos de punta. Buena parte del mérito también corresponde a unos actores descomunales y de unos niños cuyo angelical aspecto no puede ser más estremecedor.
Michael Haneke ha hecho una película densa, compleja y no apta para todos los públicos, pero La cinta blanca es una de las películas que ha marcado, sin duda, el último año cinematográfico y además tiene la virtud de crecer en el recuerdo.
ernesto
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