Aunque muchas veces no se considere a Joseph L. Mankievicz al mismo nivel de otros directores como Wilder, Hitchcock o Ford creo que tiene una filmografía prácticamente al mismo nivel que cualquiera de ellos. De todas esas películas es Eva al desnudo la que más lejos ha llegado en eso de perdurar en el tiempo y ocupar un lugar de oro en la historia del cine.
Eva al desnudo nos adentra de forma deslumbrante en los entresijos del mundo del teatro, para, en realidad, hablarnos de la vida. Y es que todas las grandes películas al final hablan de lo mismo.
La historia comienza en una entrega de premios, un acto que en realidad es el final de la historia. Es la culminación de una carrera y de una vida. Pero ¿y lo que se ha perdido por el camino? De ese camino y de las cosas a las que uno renuncia o sobre las que uno pasa es de lo que habla Eva al desnudo. Y aunque la película se centre en los personajes de la joven y ambiciosa Eva y de la veterana Margo Channing, todos y cada uno de los que aparecen en la historia recorren su propio camino.
Eva Harrington es una joven fascinada por la figura de la ilustre y veterana actriz Margo Cahnning. En un comienzo sublime en el camerino de la estrella, Eva se da a conocer, y se adentrará con una sutileza, que luego se demostrará sibilina, en el mundo y en la vida del admirado modelo que para ella supone la gran Margo. Poco a poco y sin que nadie se de cuenta, ni los personajes ni nosotros, Eva se va abriendo un hueco cada vez mayor en ese entorno que la recibió con los brazos abiertos. Solo Margo intuye que la devota y entregada Eva esconde una ambición que no tiene límite. Bueno, Margo y un crítico despiadado y mordaz que conoce muy bien el ambiente en el que se mueve. Pero el tiempo, y nada más que el tiempo, pondrá a cada cual en su sitio.
Partiendo de un guión que destila inteligencia por los cuatros costados, Eva al desnudo es el mejor ejemplo de que a partir de un material sólido como el hormigón armado, se puede llegar a lo más alto. La historia que da pie a Eva al desnudo es arrolladora, pero podría haberse desvíado por el lado más frívolo y vulgar. En cambio Joseph L. Mankievicz se encarga, como guionista y director, de pulir todas y cada una de las posibles aristas con altas dosis de elegancia, sutileza y estilo.
De entre todas las virtudes de la película, quizás la mayor, sea la elección de una portentosa Bette Davis para interpretar a Margo Channing, un espejo en el que la Davis se muestra en todo su esplendor. Frente a ella Anne Baxter, espléndida como esa mosquita muerta, que sin que nos demos cuenta de cómo, se convierte en avispa venenosa. Celeste Holm, George Sanders y Thelma Ritter completan un reparto sencillamente memorable. Destacar que todos ellos fueron candidatos al Oscar.
Precisamente Eva al desnudo ostenta el record de nominaciones a estos premios, y es que se mire por donde se mire esta película, solo se ve arte.