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Voto de fresenius:
7
Ciencia ficción Nueve años después de que la USS Discovery se perdiese en el espacio, una expedición conjunta de los Estados Unidos y la Unión Soviética es enviada a Júpiter para reactivar el ordenador Hal 9000, que dirigía la nave accidentada, y para averiguar qué problema frustró la expedición del Discovery. Cuando llegan a su destino encuentran el gran monolito negro que la primera expedición pretendía investigar. (FILMAFFINITY)
30 de junio de 2017
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es curioso que lo mejorcito que ha hecho Peter Hyams como director sea precisamente cine ambientado en el espacio, más concretamente en las lunas de Júpiter, aún más concretamente en la asolada y devastada luna Io, el lugar del sistema solar que más se parece a Mordor. Así lo fue en su mejor film, “Atmósfera cero” (1981), una revisitación a “Solo ante el peligro”, y también lo es “2010: Odisea dos”, una continuación de la obra maestra de Kubrick a través de la propia novela que A. C. Clarke escribió dos años antes. Ése fue, quizás, el estigma que cargó esta película porque cualquier comparación con la película de Kubrick no tiene defensa posible. Creo que ése no es el camino para afrontar esta película de Hyams porque, aunque tenga sus problemas, que los tiene, es una más que digna muestra de ciencia ficción dura, seria y coherente basada en una saga que A. C. Clarke desarrolló en cuatro novelas.

Primero lo malo. Como adaptación de la novela de Clarke, considero que la película comete bastante más errores que aciertos en los cambios que introduce. La gran losa de la película es el asunto de la guerra fría y el enfrentamiento entre soviéticos y americanos que no pega para nada en esta historia. Eran cosas de la era Reagan, quizás entendibles en el momento de estreno de la película pero que hoy día se nota que están introducidas a martillazos en la historia. Nada de esto aparece en la novela de Clarke, que también fue escrita en esos años pero con una visión más favorable del ser humano donde los propios rusos son considerados y tratados mucho mejor. Y también donde se plantean ideas mucho más interesantes que son directamente eliminadas para no alargar la película. Sin ir más lejos, todo el misterio de la luna Europa, la nave china Tsien o los paseos de Bowman por esta luna.

Por el contrario, lo mejor del film es la aventura espacial de acercamiento al sistema de Júpiter para intentar salvar la nave Discovery e investigar al propio monolito que aún continúa orbitando al planeta. La película tiene más de treinta años y visualmente se mantiene mucho mejor que bien, tanto en la representación del sistema joviano (no recuerdo en el cine que se haya hecho mejor que aquí), del anillo de azufre de Júpiter, de las naves espaciales y la coherencia de sus movimientos orbitales, de los paseos espaciales. Y la labor de dirección es más que loable, porque todas estas maniobras y los trabajos que realizan los astronautas son perfectamente entendibles. Sin necesidad, además, de incluir excentricidades o sorpresas, el típico ruido efectista que no viene a cuento. Una simple luz roja, la que representa a HAL-9000, es capaz de generar tensión si la escena está bien rodada y los diálogos son los adecuados. Por cierto que, entre los aciertos respecto de la adaptación de la novela está el final que aquí se da HAL. Solo hay sutiles diferencias, pero acertadas en este caso.

En 1979 las trayectorias de las sondas Voyager de la NASA tuvieron su máximo acercamiento al planeta Júpiter y sus lunas. Sin duda las fotografías que enviaron fueron decisivas en el enfoque que A. C. Clarke dio a su novela. Su posterior labor como asesor científico de la película (tiene dos cameos) también fue determinante para que este film, visto hoy, se presente como una buena película, con una historia interesante y científicamente correcta. Una película que entretiene y que enseña.
fresenius
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