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Voto de fresenius:
5
Terror Una joven (Jessica Harper) ingresa en una exclusiva academia de baile la misma noche en que asesinan a una de las alumnas. La subdirectora del centro es la amable Madame Blank, que brinda a la nueva alumna las comodidades y facilidades necesarias para su aprendizaje. Pero, poco a poco, una atmósfera malsana se va apoderando del lugar, y la estancia de la joven se va convirtiendo en una verdadera pesadilla. (FILMAFFINITY)
3 de julio de 2016
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
El subgénero cinematográfico “giallo”, muy activo en los años setenta del siglo pasado, hace referencia a una mezcla entre el thriller y el cine de terror. Particularmente no es que estuviera muy informado sobre el asunto, más bien ha sido a posteriori, después de ver “Suspiria” por primera vez.

Entre las características del giallo está la recreación en la violencia explícita con resoluciones cercanas al gore, también en alargar y alargar las secuencias que van a desembocar en alguna muerte violenta, como si de un duelo en un spaghetti western se tratara. Por último, la trama, su coherencia, es lo de menos ya que no es más que el pretexto para lo que se muestra, la parte visual es lo importante en el giallo. “Suspiria” cumple con todo esto aunque no se suele considerar que forme parte del todo del género quizás por una historia más de terror sobrenatural que un thriller con connotaciones parapsicológicas.

Vale. Una vez ubicada esta película, considerada de culto entre los amantes del cine de terror, mencionar que, ciertamente, el aspecto visual de la misma es más que notable. El uso del color primario, principalmente del rojo y del azul, el diseño de decorados geométricos o de pinturas que ofrecen ilusiones ópticas te tiene como en un estado alucinatorio en buena parte del film. Y esto unos pocos años antes de que Kubrick hiciera lo mismo con el hotel Overlook en “El resplandor” aunque sin la saturación que podemos ver aquí. Y también mucho antes de que se hablara de la simetría en el encuadre en el cine de Wes Anderson.

Pero todo lo bueno de “Suspiria” se acaba aquí. El expresionismo y el poderío visual no bastan para que el producto sea merecedor del aprecio de este espectador concreto. Sobre todo porque tanta saturación en el color satura al final; porque la historia no hay por dónde cogerla y su resolución final es acorde con la misma (pero, dirán, si es un giallo entonces la película es buena porque cumple con los cánones del subgénero. Vale); porque la música es machacona y no es circunstancial, es siempre la misma aderezada con todo tipo de estridencias sonoras supuestamente inquietantes puestas aleatoriamente, raramente coinciden con la acción en la escena; porque se hace larga cuando en realidad dura poco más de hora y media.
fresenius
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