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Voto de Barfly:
8
1 de febrero de 2009
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aún estoy profundamente confuso y desorientado, así que deduzco que Bergman ha cumplido con su cometido, e intuyo que sonríe a la salud de Motta y la mía mientras, donde quiera que esté, enarbola la guadaña.
Motta, el confeti de mis venas aún acusa el estruendo, claro.
Y lo más llamativo de todo es que no he sentido una conexión emocional excesivamente fuerte con La Hora De Carrasco, e incluso desde un punto de vista mental ciertas sugerencias y simbolismos me han saturado ligeramente, más por la forma que por el fondo en cualquier caso, pero a la vez estoy embelesado, y con la baba aún resbalando por mi labio inferior.
En primer lugar, la mano de Bergman traza una de las pesadillas cinematográficas más perturbadoras que he visto jamás, hasta el punto de que algunas películas de Lynch, que por otra parte quizá me gusten más, parecen capítulos de Bonanza a su lado. Esos primeros planos dislocados, esos rostros kafkianos, esos movimientos de cámara paranoicos.... en fin, un siniestro recital para aplaudir con las entrañas.
Y lo de Von Sydow y Ullman roza lo paranormal, claro. Cuánta química, cuánta angustia, cuántos demonios y qué manera de perforar la pantalla, virgen santa.
Y luego, sobrevolando la función, sutiles como plumas pero incisivas como dagas hirviendo, esas veladas alusiones a las crisis de pareja, las dudas, las infidelidades, las tentaciones...
O eso he querido entender yo, en medio del horror.
Muy grande, en definitiva.
Motta, el confeti de mis venas aún acusa el estruendo, claro.
Y lo más llamativo de todo es que no he sentido una conexión emocional excesivamente fuerte con La Hora De Carrasco, e incluso desde un punto de vista mental ciertas sugerencias y simbolismos me han saturado ligeramente, más por la forma que por el fondo en cualquier caso, pero a la vez estoy embelesado, y con la baba aún resbalando por mi labio inferior.
En primer lugar, la mano de Bergman traza una de las pesadillas cinematográficas más perturbadoras que he visto jamás, hasta el punto de que algunas películas de Lynch, que por otra parte quizá me gusten más, parecen capítulos de Bonanza a su lado. Esos primeros planos dislocados, esos rostros kafkianos, esos movimientos de cámara paranoicos.... en fin, un siniestro recital para aplaudir con las entrañas.
Y lo de Von Sydow y Ullman roza lo paranormal, claro. Cuánta química, cuánta angustia, cuántos demonios y qué manera de perforar la pantalla, virgen santa.
Y luego, sobrevolando la función, sutiles como plumas pero incisivas como dagas hirviendo, esas veladas alusiones a las crisis de pareja, las dudas, las infidelidades, las tentaciones...
O eso he querido entender yo, en medio del horror.
Muy grande, en definitiva.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
El momento que cita Don Merengue antes, y con el que su perilla aún sangra, es tremendo, pero a mí, por encima de todo, la secuencia posterior a los disparos de Von Sydow, cuando comienza a deambular lleno de dolor y de carmín, me ha provocado el delirio, hasta el punto de que no recuerdo sentir tanto pavor delante de una pantalla en bastante tiempo.