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Voto de TOM REGAN:
5
6,6
21.861
Intriga. Thriller. Drama
Alice, investigadora privada, ingresa en un hospital psiquiátrico simulando una paranoia. Su objetivo es recabar pruebas del caso en el que trabaja: la muerte de un interno en circunstancias poco claras. Sin embargo, la realidad a la que se enfrentará en su encierro superará sus expectativas y pondrá en duda su propia cordura. Un mundo desconocido y apasionante se mostrará ante sus ojos. Adaptación de la novela homónima de Torcuato Luca de Tena. [+]
8 de abril de 2023
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
64/08(08/03723) Decepcionante thriller psicológico del siempre prometedor Oriol Paulo, prometedor porque lleva con este cuatro largometrajes y una serie tv, y no termina de hacer una gran película, son buenos detalles aquí y allí, pero no hace una obra redonda, y lo que es peor, este es probablemente su trabajo más endeble. Dirige y guioniza el barcelonés junto a su inseparable en la escritura Lara Sendim y Guillem Clua (“Smiley”), adaptando el libro homónimo de Torcuato Luca de Tena de 1979, ya llevada al cine en una producción mexicana de 1983 que no he visto. Relato con efluvios a “Alguien voló sobre el nido del cuco” (1975), por lo del escenario de un psiquiátrico donde es ingresada una persona aparentemente cuerda, sumada a la más reciente “Shutter Island” (2010), un thriller angustioso en el marco de un manicomio en una isla, donde la subjetividad de lo que vemos está en entredicho. La historia se sustenta sobre el misterio de si lo que dice la protagonista es verdad o es un invento de su convulsa mente, algo ya muy ajado, y que aquí no aporta algo original a lo previsto, si acaso que el tsunami de giros y contra giros resultan mareantes, tanto que llegados a un punto deja de tener interés y te importa entre nada y zero la incógnita, esto azuzado por un metraje alargadísimo que hace que el film llegue sin fuelle a su tramo final, el director no debe saber aquello de que a veces menos es más. La sempiterna cuestión de quien está mintiendo a quién termina por ser asfixiada entre tanto twist innecesario, agotada por una estructura narrativa caótica innecesariamente, saltando de atrás adelante y con cercenables flash backs. Tiene un arranque intrigante, pero este se tuerce a medida que avanza por terrenos muy trillados, donde se quiere dar más complejidad de la que requiere una narración que al terminar te deja la sensación de ser mucho más densa de lo que debería.
Cuando nos encontramos con Alice Gould (Bárbara Lennie), ella entra en el Hospital de Nuestra Señora de las Fuentes a instancias del hombre que la conduce, este perdió a un hijo allí, dice ella más tarde. Y ella es una investigadora experimentada que accedió a entrar, con la intención de averiguar lo que dicen los reclusos más cuerdos y hurgar en los archivos para ver si el personal está encubriendo algo, esta es la versión de ella. Pues el diagnóstico oficial es que es una paranoica con destellos de narcisismo. En el psiquiátrico hay toda una fauna disfuncional de personajes, desde un gigantón barbudo mudo, dos hermanos gemelos (uno es mudo) llamados (premonitoriamente) Rómulo y Remo, o un tipo que sufre hidrofobia (le salen sarpullidos con el contacto con el agua). Alice investiga, hace preguntas y trata de hacerse amiga de los reclusos más conscientes. Ella chocará con el director de la institución, el Dr. Alvar (Eduard Fernández). En su estancia habrá muertes, fuego (como, utilizado para escapar), y sobre todo versiones de unos y otros que irán chocando unas contra otras en un sinfín de intentos de sorprender y que terminan por ser cansinos. Todo esto adornado por diálogos poco naturales, muy artificiosos e incluso rebuscados, añádase romances platónicos poco verosímiles, y ramificaciones estériles en modo sub tramas que no van a lado alguno, y que solo sirven para estirar hacia la nada el excesivo minutaje
Tiene entre sus méritos, por no ser todo malo, la recreación angustiosa del manicomio, así como la solvente actuación de Bárbara Lennie llevando el peso de la trama, haciendo creíble su arrogante rol, con una labia fina y afilada, lástima que sea para un papel tan mal perfilado (ósea, que es una muchi millonaria que se dedica a ser detective, venga ya!); Y también tenemos al siempre de notable para arriba Eduard Fernández dando vida a un villano ambiguo; resto de interpretaciones carecen de entidad para ser reseñables, y esto es otro de los hándicaps; Como es otra tarta su final atropellado en como pretende dar otra vuelta de tuerca más, ello encima queriendo se más listos los guionistas que el material literario de origen, alterando el del libro de modo torpe y muy manufacturado, con un giro final muy operísticamente teatral, en el peor de los sentidos.
El porqué del título lo asevera el Dr. Alvar: “Si Dios nos creara a su imagen y semejanza, como una escultura sin imperfecciones, los pacientes que llegan aquí serían como las líneas torcidas de Dios cuando estaba aprendiendo a escribir”.
Cuando nos encontramos con Alice Gould (Bárbara Lennie), ella entra en el Hospital de Nuestra Señora de las Fuentes a instancias del hombre que la conduce, este perdió a un hijo allí, dice ella más tarde. Y ella es una investigadora experimentada que accedió a entrar, con la intención de averiguar lo que dicen los reclusos más cuerdos y hurgar en los archivos para ver si el personal está encubriendo algo, esta es la versión de ella. Pues el diagnóstico oficial es que es una paranoica con destellos de narcisismo. En el psiquiátrico hay toda una fauna disfuncional de personajes, desde un gigantón barbudo mudo, dos hermanos gemelos (uno es mudo) llamados (premonitoriamente) Rómulo y Remo, o un tipo que sufre hidrofobia (le salen sarpullidos con el contacto con el agua). Alice investiga, hace preguntas y trata de hacerse amiga de los reclusos más conscientes. Ella chocará con el director de la institución, el Dr. Alvar (Eduard Fernández). En su estancia habrá muertes, fuego (como, utilizado para escapar), y sobre todo versiones de unos y otros que irán chocando unas contra otras en un sinfín de intentos de sorprender y que terminan por ser cansinos. Todo esto adornado por diálogos poco naturales, muy artificiosos e incluso rebuscados, añádase romances platónicos poco verosímiles, y ramificaciones estériles en modo sub tramas que no van a lado alguno, y que solo sirven para estirar hacia la nada el excesivo minutaje
Tiene entre sus méritos, por no ser todo malo, la recreación angustiosa del manicomio, así como la solvente actuación de Bárbara Lennie llevando el peso de la trama, haciendo creíble su arrogante rol, con una labia fina y afilada, lástima que sea para un papel tan mal perfilado (ósea, que es una muchi millonaria que se dedica a ser detective, venga ya!); Y también tenemos al siempre de notable para arriba Eduard Fernández dando vida a un villano ambiguo; resto de interpretaciones carecen de entidad para ser reseñables, y esto es otro de los hándicaps; Como es otra tarta su final atropellado en como pretende dar otra vuelta de tuerca más, ello encima queriendo se más listos los guionistas que el material literario de origen, alterando el del libro de modo torpe y muy manufacturado, con un giro final muy operísticamente teatral, en el peor de los sentidos.
El porqué del título lo asevera el Dr. Alvar: “Si Dios nos creara a su imagen y semejanza, como una escultura sin imperfecciones, los pacientes que llegan aquí serían como las líneas torcidas de Dios cuando estaba aprendiendo a escribir”.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
En el ‘juicio final’ el director Dr. Alvar pasa de ser el villano a ser Poncio pilatos y de ahí a sacarse, tras la votación, un as de la manga de modo torticero, pues lo lógico sería haberlo hecho antes de la votación, pero así el giro no habría tenido el triple tirabuzón mortal conclusivo, que si lo piensas resulta muy impostado. No tiene sentido se calle cuando tiene a la persona que le da la razón y con ello se mantiene como director del centro, y esperar a dejar liberen a la paciente para cual prestidigitador sacarse el conejo de la chistera y querer dejar al personal con la boca abierta, venga ya!
‘En la novela, ningún médico aparecido en el último minuto, ni ninguno de los personajes que se ven en la película, desenmascara a Alicia. La verdad sobre Alicia (o Alice) es descubierta por una persona que en la película ni siquiera aparece (que ya es delito) y que además es detective profesional (y recurrente en algunas novelas del autor) y que resulta clave en el desarrollo y desenlace de la historia, como otros personajes que en la película carecen del protagonismo necesario o, lo que es peor, ni siquiera existen; El gnomo, o enano, no muere por intervención de Rómulo ni de Remo ni por ningún golpe en la cabeza con un palo, es Alicia quien lo voltea con una llave de Judo y, como consecuencia, sufre una caída mortal. En la película esto no se ve, y sin embargo en otra escena "flash-back" (recurso tan estúpidamente explotado y repetido en toda la película) se ve a Alice practicando Judo. Si no se había contemplado en el guión la muerte del enano debida a los conocimientos de autodefensa de Alice ¿a qué venía entonces ese flash-back? Quienes no hayan leído la novela, no verán la relación; El doctor Rosellini, también fundamental para comprender el impacto que tiene Alicia sobre los doctores y responsables del centro, brilla por su ausencia. En su lugar, la supuesta fascinación de Rosellini hacia Alicia se le atribuye al doctor Arellano con una penosa frase dirigida hacia él "piensas con lo que tienes entre las piernas". En la película esto está fuera de lugar, en la novela no se menciona dicha frase pero los lectores percibimos sin ninguna duda lo que unos y otros sienten por y hacia Alice; Montse no es la figura con carácter tan guerrero como pretende mostrar la película y que acaba siendo la nueva directora del hospital psiquiátrico tras destituir al director, aprovechando la circunstancia de Alice (en la novela es Alice quien lo destituye tras una inteligente y astuta maquinación). En la novela Montse es una mujer de grandísimo corazón y una bondad y generosidad tal que acaba ingresando en una orden religiosa pensando que así podrá servir mejor a los demás. Aquí parece embestida como representante del #Metoo; Se incluyen tratamientos como el electroshock, que ella no recibe nunca a pesar de la insistencia del director, gracias a la intervención del doctor Rosellini, que tampoco aparece en el guion; En la novela es Alice la que convence poco a poco al personal de firmar una solicitud de dimisión para el director, no sale de la señorita Castell, todo forma parte del plan de Alice; El final abierto que dejan en la película es un insulto al final tierno y emotivo de la historia original, Alice tras recibir el alta por parte de la junta, al no declararla peligrosa, decide de forma voluntaria regresar al hospital para declarar sus sentimientos al doctor Arellano y ejercer el puesto de su amiga Montse tras su reciente renuncia para ingresar en una congregación religiosa.’
Me queda una película que tras su pretenciosidad puede haber una buna película, pero que paulo no sabe esculpir, dejando demasiados michelines. Gloria Ucrania!!!
‘En la novela, ningún médico aparecido en el último minuto, ni ninguno de los personajes que se ven en la película, desenmascara a Alicia. La verdad sobre Alicia (o Alice) es descubierta por una persona que en la película ni siquiera aparece (que ya es delito) y que además es detective profesional (y recurrente en algunas novelas del autor) y que resulta clave en el desarrollo y desenlace de la historia, como otros personajes que en la película carecen del protagonismo necesario o, lo que es peor, ni siquiera existen; El gnomo, o enano, no muere por intervención de Rómulo ni de Remo ni por ningún golpe en la cabeza con un palo, es Alicia quien lo voltea con una llave de Judo y, como consecuencia, sufre una caída mortal. En la película esto no se ve, y sin embargo en otra escena "flash-back" (recurso tan estúpidamente explotado y repetido en toda la película) se ve a Alice practicando Judo. Si no se había contemplado en el guión la muerte del enano debida a los conocimientos de autodefensa de Alice ¿a qué venía entonces ese flash-back? Quienes no hayan leído la novela, no verán la relación; El doctor Rosellini, también fundamental para comprender el impacto que tiene Alicia sobre los doctores y responsables del centro, brilla por su ausencia. En su lugar, la supuesta fascinación de Rosellini hacia Alicia se le atribuye al doctor Arellano con una penosa frase dirigida hacia él "piensas con lo que tienes entre las piernas". En la película esto está fuera de lugar, en la novela no se menciona dicha frase pero los lectores percibimos sin ninguna duda lo que unos y otros sienten por y hacia Alice; Montse no es la figura con carácter tan guerrero como pretende mostrar la película y que acaba siendo la nueva directora del hospital psiquiátrico tras destituir al director, aprovechando la circunstancia de Alice (en la novela es Alice quien lo destituye tras una inteligente y astuta maquinación). En la novela Montse es una mujer de grandísimo corazón y una bondad y generosidad tal que acaba ingresando en una orden religiosa pensando que así podrá servir mejor a los demás. Aquí parece embestida como representante del #Metoo; Se incluyen tratamientos como el electroshock, que ella no recibe nunca a pesar de la insistencia del director, gracias a la intervención del doctor Rosellini, que tampoco aparece en el guion; En la novela es Alice la que convence poco a poco al personal de firmar una solicitud de dimisión para el director, no sale de la señorita Castell, todo forma parte del plan de Alice; El final abierto que dejan en la película es un insulto al final tierno y emotivo de la historia original, Alice tras recibir el alta por parte de la junta, al no declararla peligrosa, decide de forma voluntaria regresar al hospital para declarar sus sentimientos al doctor Arellano y ejercer el puesto de su amiga Montse tras su reciente renuncia para ingresar en una congregación religiosa.’
Me queda una película que tras su pretenciosidad puede haber una buna película, pero que paulo no sabe esculpir, dejando demasiados michelines. Gloria Ucrania!!!