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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
7
Drama. Romance Andreas, un hombre desconectado del mundo después de su divorcio, se retira a vivir a una pequeña isla del Báltico. Allí conoce a una pareja de artistas que está en plena desintegración, y a una joven e inestable viuda. Unidos por el dolor de la pérdida y la desconexión emocional, ella y Andreas inician una relación. Mientras tanto, alguien recorre la comunidad de la isla cometiendo actos de crueldad con animales. (FILMAFFINITY)
3 de mayo de 2020
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
115/35(30/04/20) Más que interesante drama psicológico escrito y dirigido por el sueco Ingmar Bergman, versando sobre sus mantras en el terreno de las complicaciones de pareja, su visión pesimista de la naturaleza humana, en este caso el centro es un hombre (Llamémosle Andreas, encarnado por su actor fetiche Max Von Sydow). Tras su divorcio se ha retirado a una isla poco habitada, allí se cruzará con un matrimonio de vida liberal, y con una viuda con traumas físicos (es coja) y psíquicos. En lo que es una radiografía sobre el dolor (el físico tiene gran importancia en su transferencia de la violencia) y las máscaras que nos autoimponemos para intentar superarlo. Bergman desarrolla la película en base a mucho cripticismo, donde cada elemento puede ser una metáfora sobre otro tema más importante, y esto termina por cansarme, al parecer en muchos casos un crucigrama en que nos da las claves y el espectador debe desentrañar que alegoría pretende. Bergman impone un ritmo sereno, con mucho de formato teatral en los pocos escenarios, y en los escasos personajes, donde priman los asfixiantes primeros planos en que los protagonistas sueltan emocionantes soliloquios desnudando sus entrañas. Tiene un recurso vanguardista Bergman, y es que rompe la cuarta pared haciendo que sus cuatro protagonistas (Ullmann, von Sydow, Bibi Andersson y Erland Josephson) en diversos momentos sean entrevistados a cámara sobre qué opinan sobre sus personajes, esto descoloca y te sientes confundido, incluso inserta una especie de nota de humor el director al no parecer tomarse en serio su drama, hace que cuando volvemos a la historia nos sintamos confusos y se pierda intensidad narrativa, no siempre las ideas singulares son acertadas, esta es prueba de ello, de hecho el propio Bergman años después reconoció el error de este recurso. Tampoco me resulta bueno el recurso de la voz en off para remarcar lo que estamos viendo, o exponiendo el mundo interno de los eprsonqajes, es una muestra de inseguridad impropia de Bergman.

Andreas Winkleman (Max von Sydow) es un hombre separado de su esposa, vive alejado y solo en una zona rural en Suecia, en ese lugar comienza a conocer a sus vecinos, al ermitaño Johan (Erik Hell), a Anna (Liv Ullmann) una joven atormentada por su pasado y al matrimonio compuesto por Elis (Erland Josephson) y Eva (Bibi Anderson).

La película es una radiografía de los cuatro personajes con epicentro en Andreas, tipo hermético que ha huido de su pasado. En torno a él confluyen tres personas, con los que establece una relación que se va alienando conforme avanza. Primero de amistad y luego con cada uno se va retorciendo, hasta desembocar en la tóxica con Anna; Ellis (Erland Josephson) y Eva (Bibi Andersson) son un matrimonio flemático, de apariencia feliz. Andreas tendrá un affaire con la manipuladora Eva, Ellis por lo que vemos parece saberlo, e incluso disfrutarlo subrepticiamente. Ellis es un arquitecto cínico y desencantado de su trabajo, un mordaz tipo que parece ser un homosexual reprimido, ello me lo sugiere lo que disfruta fotografiando a Andreas; Y Anna es una viuda traumatizada que en un giro con una elipsis extraña nos enteramos está conviviendo con Andreas. Anna es una mujer con una psicología turbulenta que parece construir realidades del pasado alternativas para idealizar su presente, ello guardando secretos que Andreas va descubriendo; Todos ellos parecen seres dañados por la soledad, por las ansias de felicidad, lastrados por sus fantasmas del pasado, y siempre entre ellos fluyendo una tensión cuasi-cortante, donde hay cabida para las mentiras, las dudas, el egoísmo, la compasión, la arrogancia, el odio, y la espoleta de la violencia latente, dosificada en diversos momentos, y que al final termina explotando.

Hay una subtrama que sirve de alegoría anímica de lo que acontece a los protagonistas. Y es que en la isla hay alguien que tortura y mata animales, esto comienza cuando vemos que Andreas salva a un perrito de morir ahorcado, no pudiendo ver el protagonista al criminal entre la maleza. Con esto se sugiere una violencia bullente en la ínsula, pero esto va más allá cuando los lugareños echan la culpa a un pobre tipo, Johan Andersson (buen Erik Hell), desequilibrado mentalmente, al que Andreas le tiene simpatía. Este acoso provoca sintamos hay una turba linchadora que terminará en tragedia. Esto (creo yo en mi modestia) sugiere la violencia como vía de escape a nuestras frustraciones, auqneu en ello arrastremos a inocentes (bien sean animales o personas).

La fotografía de un habitual de Bergman, Sven Nykvist, trabajando con el director en su segunda realización en color, juega de maravilla con el entorno natural par a infundir dramatismo, con los cielos, con sus atardeceres, con lo agreste del terreno, con la escasa vegetación como símbolo de la aridez humana, infundiendo un patinado grisáceo parduzco, proyectando el invierno del alma, donde los rojos ocasionales resultan impactantes, con bergmanianos primeros planos sostenidos que extraen lo mejor de cada expresividad, quedándome con esos desbordantes ojos azules de Liv Ullman. Para el recuerdo el turbador plano final (spoiler).

Max von Sydow está sensacional en el rol del hombre que observa y se beneficia de lo que ve, tipo magnético que atrae a las mujeres, pero termina por explotar por las mentiras, pudiendo entreverse una vena misógina cual alter ego de Ingmar, pues todas las mujeres que aparecen son todas volubles, mentirosas, frágiles, sumisas, e incluso en un giro discutible parece justificar la violencia contra ellas, pues ellas parecen aceptarlo con justicia (puaj!); Liv Ullman encarna a Anna, lo hace con una tremenda sensibilidad, denotando de mundo interior convulso y complejidad a su voluble personaje, una melancólica mujer que parece querer vivir una realidad idealizada; Bibi Anderson como Eva crea un carácter cargado de inseguridades, y emocionalmente velado, lo hace bien;…(sigo en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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