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Voto de TOM REGAN:
7
11 de mayo de 2021
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
151/11(10/05/21) Prometedor segunda dirección (tras el film de terror “Vile” en 2011) del antes actor del montón, Taylor Sheridan, pero que cuando se puso a ser guionista (en esta también lo es) nos regaló un par de libretos potentes en los de “Sicario” (2015) y el de “Hell or High Water” (2016), completando, según el mismo la trilogía empezada con estas dos, don denominada por Sheridan como "La frontera estadounidense moderna", lo que viene a ser una revisitación del nuevo oeste, el neo-western, donde retrata una atmósfera pesarosa, en este caso cambiando del tórrido desierto sur de USA al norte nevado montañoso de temperaturas muy bajo cero (Utah, y Wyoming). Un thriller a fuego lento que hace una punzante reflexión sobre el dolor y la perdida, y como afrontar el trauma de la muerte trágica de una hija, una oda a la supervivencia. Sheridan ha dicho que escribió la película para crear conciencia sobre el gran número de mujeres indígenas que son violadas y asesinadas, tanto dentro como fuera de las reservas, se inspiró para escribir esta película porque conoció "miles de historias reales como esta": refiriéndose al alto número de mujeres indígenas víctimas de agresión sexual y / o asesinato, basándose libremente en un caso real que conoció de una joven descendiente de indígenas que fue encontrada muerta en una inmensa planicie helada de una reserva india de Wyoming, luego de ser abusada y de haber recorrido varios kilómetros a pie. Haciendo también un recordatorio a estos nativos que van perdiendo sus raíces en medio de un panorama geosocial que les da pocas salidas.
Sheridan es hábil dando tiempo a sus personajes a desarrollarse, dando alma a sus protagonistas, sabiendo dosificar los tiempos, enmarcando su historia en un entorno que provoca claustrofobia anímica que cala en los personajes, esto por una estética muy sólida en sus paisajes de montes blancos hasta el infinito que emiten hostilidad hacia el humano, y ello aportando diálogos inteligentes que dan vigor. Todo ello protagonizado por un excelente Jeremy Renner, con gran serenidad y sutilidad proyecta el hastío interior con mesura, aunque su rol sea un poco incongruente si se quiere dar visibilidad a los nativos debería haber sido uno quien fuera protagonista, y que no fuera un blanco el que los protegiera del mal, le acompaña Elizabeth Olsen como agente del FBI, en un rol un tanto de florero, una de las taras es su personaje vacío de contenido, totalmente eliminable, si acaso está para que enseñe su sexy trasero en una (gratuita) toma.
Tiene un prólogo intrigante (aunque ya visto en cine), con una joven nativa (luego nos enteramos es Natalie Hanson que encarna Kelsey Chow), corriendo apenas vestida, descalza en la noche por una inmensa estepa blanca y cayendo rendida al suelo (falleciendo de hemorragia pulmonar causada por la rápida inhalación de aire bajo cero), mientras de fondo oímos en off una sensible carta de amor adolescente. Nos enteramos que estamos en una Reserva India en Wyoming, por la mañana un agente del Servicio de Pesca y Vida Silvestre USA, Cory Lambert (Jeremy Renner) buscando dos depredadores pumas para matarlos, encuentra el cadáver de la chica. Para el caso los federales envían a la agente novata Jane Banner (Elizabeth Olsen), esta recaba la ayuda de Cory para investigar el caso, que deriva tras la autopsia en un más que probable asesinato y en la certeza de una violación.
Posee un inicio muy de noir escandinavo, aunque conforme avanza se hunde en un western moderno indagando en el dolor, en los fantasmas del pasado, en como moldea lo geosocial deprimente, donde no parece haber salidas para la juventud, donde el medio te puede empujar sin referentes morales a la peligrosa ociosidad de (por ejemplo) el mundo de las drogas, o la violencia sexual. Una investigación precaria de medios, en claro mensaje del abandono de las autoridades gubernamentales hacia los problemas de los indígenas ("Esta no es la tierra de los refuerzos, Jane. Esta es la tierra de 'Estás por tu cuenta'" le dice el sheriff Ben, encarnado por un gran Graham Greene).
Un film que discurre de modo sólido, donde importa más la composición de personajes marcados por el entorno que las indagaciones en sí. De hecho estas resultan, una vez ha terminado el film y lo piensas de lo más simple, esto es una debilidad, que la trama procedimental resulta un cuasi McGuffin para generar interés, tanto para las jugosas escenas íntimas, como para los puntuales destellos de violencia. Teniendo sus puntos fuertes en las incisivas conversaciones sobre el dolor soterrado, como las que tiene Cory con el indígena Martin (gran Gil Birmingham), donde el primero ejerce de cicerón al haber sufrido antes lo que padece el nativo, lo intenta consolar sin sentimentalismos, intenta hacerle superar lo insuperable. Excelente la última que mantienen en el patio de la casa del indio, donde este tiene pintado su rostro asimilándose a la imagen típica de un indio con pinturas de guerra, pero Martin le explica a Cory que lo ha hecho por instinto, sin saber cómo eran las pinturas tradicionales, lo cual nos lleva a sentir la desorientación de como las raíces se pierden entre esta gente, marginada por la sociedad; También las charlas que tiene Cory con Jane, donde a través de ella nos enteramos el daño soterrado que lleva ese rostro apesadumbrado que hemos visto hasta entonces, como también esos diálogos secos que ha mantenido con ex nativa, dejando un halo de algo ocurrido en el pasado que los ha marcado, y entonces nos enteramos porque y porque ayuda a la agente, ello intentando a través de este caso vengarse del pasado; Por cierto se agradece, y mucho, que no nos cuelen u romance entre Jane y Cory, hubiera sido jartible por lo manido.
Sheridan es hábil dando tiempo a sus personajes a desarrollarse, dando alma a sus protagonistas, sabiendo dosificar los tiempos, enmarcando su historia en un entorno que provoca claustrofobia anímica que cala en los personajes, esto por una estética muy sólida en sus paisajes de montes blancos hasta el infinito que emiten hostilidad hacia el humano, y ello aportando diálogos inteligentes que dan vigor. Todo ello protagonizado por un excelente Jeremy Renner, con gran serenidad y sutilidad proyecta el hastío interior con mesura, aunque su rol sea un poco incongruente si se quiere dar visibilidad a los nativos debería haber sido uno quien fuera protagonista, y que no fuera un blanco el que los protegiera del mal, le acompaña Elizabeth Olsen como agente del FBI, en un rol un tanto de florero, una de las taras es su personaje vacío de contenido, totalmente eliminable, si acaso está para que enseñe su sexy trasero en una (gratuita) toma.
Tiene un prólogo intrigante (aunque ya visto en cine), con una joven nativa (luego nos enteramos es Natalie Hanson que encarna Kelsey Chow), corriendo apenas vestida, descalza en la noche por una inmensa estepa blanca y cayendo rendida al suelo (falleciendo de hemorragia pulmonar causada por la rápida inhalación de aire bajo cero), mientras de fondo oímos en off una sensible carta de amor adolescente. Nos enteramos que estamos en una Reserva India en Wyoming, por la mañana un agente del Servicio de Pesca y Vida Silvestre USA, Cory Lambert (Jeremy Renner) buscando dos depredadores pumas para matarlos, encuentra el cadáver de la chica. Para el caso los federales envían a la agente novata Jane Banner (Elizabeth Olsen), esta recaba la ayuda de Cory para investigar el caso, que deriva tras la autopsia en un más que probable asesinato y en la certeza de una violación.
Posee un inicio muy de noir escandinavo, aunque conforme avanza se hunde en un western moderno indagando en el dolor, en los fantasmas del pasado, en como moldea lo geosocial deprimente, donde no parece haber salidas para la juventud, donde el medio te puede empujar sin referentes morales a la peligrosa ociosidad de (por ejemplo) el mundo de las drogas, o la violencia sexual. Una investigación precaria de medios, en claro mensaje del abandono de las autoridades gubernamentales hacia los problemas de los indígenas ("Esta no es la tierra de los refuerzos, Jane. Esta es la tierra de 'Estás por tu cuenta'" le dice el sheriff Ben, encarnado por un gran Graham Greene).
Un film que discurre de modo sólido, donde importa más la composición de personajes marcados por el entorno que las indagaciones en sí. De hecho estas resultan, una vez ha terminado el film y lo piensas de lo más simple, esto es una debilidad, que la trama procedimental resulta un cuasi McGuffin para generar interés, tanto para las jugosas escenas íntimas, como para los puntuales destellos de violencia. Teniendo sus puntos fuertes en las incisivas conversaciones sobre el dolor soterrado, como las que tiene Cory con el indígena Martin (gran Gil Birmingham), donde el primero ejerce de cicerón al haber sufrido antes lo que padece el nativo, lo intenta consolar sin sentimentalismos, intenta hacerle superar lo insuperable. Excelente la última que mantienen en el patio de la casa del indio, donde este tiene pintado su rostro asimilándose a la imagen típica de un indio con pinturas de guerra, pero Martin le explica a Cory que lo ha hecho por instinto, sin saber cómo eran las pinturas tradicionales, lo cual nos lleva a sentir la desorientación de como las raíces se pierden entre esta gente, marginada por la sociedad; También las charlas que tiene Cory con Jane, donde a través de ella nos enteramos el daño soterrado que lleva ese rostro apesadumbrado que hemos visto hasta entonces, como también esos diálogos secos que ha mantenido con ex nativa, dejando un halo de algo ocurrido en el pasado que los ha marcado, y entonces nos enteramos porque y porque ayuda a la agente, ello intentando a través de este caso vengarse del pasado; Por cierto se agradece, y mucho, que no nos cuelen u romance entre Jane y Cory, hubiera sido jartible por lo manido.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
La violencia está salpicada por la cinta, de hecho ahora que lo pienso es escasa, solo hay dos balaceras, pero la sensación de atavismo salvaje latente es constante, y donde estas explosiones de tiroteos secos resultan impactantes, con credibilidad, aunque en su debe hay que decir que claramente son poco originales, en el sentido que parecen plagios-homenajes a dos fuentes, una es la sublime persecución a oscuras de la Clarice Sterling de “El silencio de los corderos” contra ‘Bufalo Bill’, aquí la oscuridad es alterada a que la agente está medio ciega por gas pimienta, y el clímax está notoriamente influenciado por el más violento de Tarantino; además de haber otros dos insertos de violencia, como es un flash-back aclaratorio del porqué de la muerte inicial (al que hay quien ha criticado por innecesario, no seré yo, pues sirve para dar estado de ánimo y calaña de los culpables), también en la resolución final hay cierto grado de violencia sutil, aunque esta no me ha sido a la altura de la película, muy previsible.
La puesta en escena resulta sugestiva en su función de trasladarnos un estado de ánimo, empezando por el fenomenal diseño de producción de Neil Spisak (“Heat” o “Spider-Man”), llevándonos a los hermosos y turbadores parajes nevados de Wyoming (Wind River Indian Reservation; Lander; y Fremont County) y Utah (Hidden Peak-Snowbird; y Coalville); esto atomizado por la espléndida cinematografía de Ben Richardson (“Bestias del sur salvaje” o “Mare of Easttown”), que crea una sensación epidérmica de frío en sus tonalidades que se funden con el manto blanco del suelo y cielo, con sensacionales tomas generales de los paisajes agrestes, calándote la gelidez ambiental; También sumando está la música creada por los australianos Warren Ellis y Nick Cave (“Hell or high water” o “True detective”), que agrega en sus pocos momentos niveles de zozobra sensible.
Tiene sus taras, además de en lo mencionado arriba, en elementos que desconciertan, como el modo flemático que en una escena se toman tanto el marido como la agente del FBI que una madre se autolesione de modo sangrante y la dejen como si nada, pues incluso podría cortarse las venas, pero la dejan como si solo estuviera llorando, no lo entiendo; Tamcpo es de recibo que en el rush final haya tropecientos muertos asesinados (entre los ‘buenos’) y no se les dé tributo de algún modo, ni se les menciona en el epílogo.
“La suerte no vive aquí”, dice Renner, refiriéndose a porque los animales sobreviven esta hostil región.
Fue estrenada en cines por The Weinstein Company (TWC), pero en octubre de 2017, luego de la denuncia de numerosas acusaciones de abuso sexual contra Harvey Weinstein, Lionsgate adquirió los derechos de distribución de la película para medios domésticos. Los créditos y el logotipo de Weinstein se omitieron en los medios domésticos y los servicios de transmisión, lo que provocó que TWC perdiera los derechos de distribución.
Me queda un más que apreciable ejercicio de thriller, con momentos que valen muy mucho la pena, aun con sus trabas. Fuerza y honor!!!
La puesta en escena resulta sugestiva en su función de trasladarnos un estado de ánimo, empezando por el fenomenal diseño de producción de Neil Spisak (“Heat” o “Spider-Man”), llevándonos a los hermosos y turbadores parajes nevados de Wyoming (Wind River Indian Reservation; Lander; y Fremont County) y Utah (Hidden Peak-Snowbird; y Coalville); esto atomizado por la espléndida cinematografía de Ben Richardson (“Bestias del sur salvaje” o “Mare of Easttown”), que crea una sensación epidérmica de frío en sus tonalidades que se funden con el manto blanco del suelo y cielo, con sensacionales tomas generales de los paisajes agrestes, calándote la gelidez ambiental; También sumando está la música creada por los australianos Warren Ellis y Nick Cave (“Hell or high water” o “True detective”), que agrega en sus pocos momentos niveles de zozobra sensible.
Tiene sus taras, además de en lo mencionado arriba, en elementos que desconciertan, como el modo flemático que en una escena se toman tanto el marido como la agente del FBI que una madre se autolesione de modo sangrante y la dejen como si nada, pues incluso podría cortarse las venas, pero la dejan como si solo estuviera llorando, no lo entiendo; Tamcpo es de recibo que en el rush final haya tropecientos muertos asesinados (entre los ‘buenos’) y no se les dé tributo de algún modo, ni se les menciona en el epílogo.
“La suerte no vive aquí”, dice Renner, refiriéndose a porque los animales sobreviven esta hostil región.
Fue estrenada en cines por The Weinstein Company (TWC), pero en octubre de 2017, luego de la denuncia de numerosas acusaciones de abuso sexual contra Harvey Weinstein, Lionsgate adquirió los derechos de distribución de la película para medios domésticos. Los créditos y el logotipo de Weinstein se omitieron en los medios domésticos y los servicios de transmisión, lo que provocó que TWC perdiera los derechos de distribución.
Me queda un más que apreciable ejercicio de thriller, con momentos que valen muy mucho la pena, aun con sus trabas. Fuerza y honor!!!