11(06/01/09) El genial director alemán en estado puro, nos regaló una gran obra sobre el amor y el destino, destino del que no se puede escapar. El relato es un juego al que somete la muerte en persona a una mujer que acaba de perder a su amado, la muerte le propone que si es capaz de salvar tres velas de apagarse, velas que representan las vidas de otras tres personas, si salva solo una, él, la muerte, le devolverá a su amado vivo, es entonces cuando comienza un viaje universal que nos lleva de a un reino árabe, a Venecia, y por último a China. La interpretación de Bernhard Goetzke resulta soberbia, le imprime la dosis de terror y a la vez de humanidad precisa para que encaje perfectamente en la historia. La cinta utiliza unos impresionantes efectos especiales para la época que nos transportan a mundos mágicos y exóticos. El mensaje que llega nítido por la fuerza de la historia, el amor es más fuerte que incluso la muerte. El final del film es como en general todo el cine de Fritz Lang, o sea no hay finales felices del todo, ni tristes absolutos, solo finales grises. Recomendable a los que gusten de muy buen cine mudo. Fuerza y honor!!!