136/33(28/04/22) Con motivo de la Invasión de Rusia a Ucrania me he visto este documental, un trabajo decepcionante dirigido por Sergei Loznitsa que versa sobre los acontecimientos llamado ‘EuroMaidan’ (21 de noviembre de 2013-23 de febrero de 2014), el levantamiento popular de los ucranianos contra el régimen pro-ruso Viktor Yanukovych, que tras engañar a su pueblo prometiéndoles la adhesión a la Unión Europea, acabó pactando un tratado con la Rusia de Putin, esto provocó la rebeldía de los civiles, siendo el epicentro la Maidan Nezalezhnosti (Plaza de la Independencia), ello durante los últimos días de 2013 y los primeros de 2014, en un crescendo dramático que pasó de ser una concentración popular festiva a derivar por la opresión del gobierno títere putinesco en una guerra urbana que provocó decenas de muertos por la represión policial brutal, un ejemplo de cómo la gente arriesga sus vidas por el ideal de la Libertad. Esta cinta se filmó durante las protestas, desde los inicios cuasi-carnavalescos, hasta su fin.

Pero mi chasco ha sido mayúsculo, sobre todo por haber visto hace poco el arrollador “Winter On Fire” (2015), sobre los mismos hechos, y que es una magistral muestra de comunión entre la inmersión en los eventos, como un prodigio a la hora de narrar los hechos, su contexto, la cronología, las localizaciones, los testimonios, la cámara hundida en la violencia. Pero hete aquí que me encuentro un doc aburrido, sin contexto, con algunos intertítulos vagos, requieren que vengas aprendido (si no estarás más perdido que Paquirrín en ‘Saber y ganar’), con una cámara tan estática que produce el tedio, planos fijos durante minutos y minutos para ver a gente pasar o hacer lo mismo una y otra vez, o incluso casos tan grimantes como personas colocadas frente al objetivo, una chapuza.

Sí, estamos allí, pero todo resulta lejano, plano, cuasi-aséptico, sobre todo (repito) en comparación irremediable con “Winter On Fire”. Intenta ser original, un ejercicio de estilo arriesgado y naufraga con más estrépito que el Titanic. Todo me ha resultado superficial, sin capacidad de hacerme entrar. Hay apuntes que se dejan ver como la unión que da el cantar el himno Ucraniano, que lo oíamos tropecientas veces, vemos la importancia de la religión ortodoxa para los manifestantes, con discursos de popes a la multitud, vemos el ambiente comunal de hermandad con las cocinas, oímos pedir médicos, incluso buscar a desaparecidos, escuchamos consignas contra el gobierno y en favor de la Libertad y la Dignidad, discursos retóricos sin asideros pedagógicos sobre la situación, pero esto no pasa de slogans vacíos. No hay sensación de tensión a contrarreloj, no hay apremio, nos comentan las leyes que se promulgan ex proceso contra los rebeldes, pero no sabemos cuáles son. Hay quien quiere ver en sus tomas reminiscencias a pinturas de Turner, pero esto si para mí no tiene el agarre emocional es un cascarón huero emocionalmente. Vemos la Batalla, pero cual a vista de Dron, no vayamos a mancharnos las manos, todo cuasi-aséptico.

Seguramente pretende el director que el espectador con tanto tiempo la cámara fija nos paremos a fiarnos en los rostros y escrutemos en lo que piensan, pero esto me es un ejercicio gafapastil comparado con lo que está sucediendo, esto me enfría y distancia.