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Voto de TOM REGAN:
8
7,2
19.739
Comedia. Drama
Al finalizar su jornada laboral Paul Hackett (Griffin Dunne), un solitario programador de una compañía de informática, se ve envuelto en una serie de extrañas circunstancias que le llevan a uno de los peores barrios de Nueva York. Allí vivirá una interminable y alocada noche intentado regresar a su casa en el Upper East Side. (FILMAFFINITY)
7 de agosto de 2017
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
154/19(20/07/17) Martin Scorsese en este film (por la que ganó la Palma al mejor director en el festival de Cannes de 1986) nos regala una dirección de trepidante thriller encapsulando la acción en una noche cualquiera en la capital (oficiosa) del mundo, Nueva York, radiografiando la nocturnidad de esta urbe con ácido, ello con trazas irreverentes de comedia hiperrealista, donde se deconstruye un submundo de seres disfuncionales que se mueven cuando el sol se pone, seres extraños que se comportan de modo surrealista, con sugestivas dosis de humor negro, frenético relato que el realizador con su desorientado protagonista nos sumergirá en una odisea física y existencial. El proyecto se llamó "Una noche en SoHo" y se basó en el guión de Joseph Minion (“Besos de vampiro”), titulado original “Lies” después del monólogo de Joe Frank de 1982 que inspiró la historia, escrito como parte de su curso en la Universidad de Colombia, convirtiéndose en “After Hours” (me niego a reproducir el horrendo título en español), después de Scorsese hizo sus enmiendas finales. Iba a ser dirigida por Tim Burton en su debut en un largo, pero Scorsese leyó el guión en un momento que no pudo obtener apoyo financiero para completar “The Last Temptation of Christ”, y Burton se alejó cuando Scorsese expresó su interés en dirigirlo, siendo la primera película de ficción dirigida por Scorsese desde “Alice Does not Live Here Anymore” (1974) que Robert De Niro no forma parte del elenco. Hay una escena con un diálogo entre Paul y el portero del Club Berlín, inspirado en “Kafka 's ante la ley”, uno de los cuentos incluidos en su novela “La prueba”, esto explicó el productor Paul Attanasio refleja la frustración hacia la producción de “La última tentación de Cristo”, por la que tuvo que esperar de forma continua, como Joseph K en “La prueba”. Martin Scorsese hace un cameo en la película como el encargado de los focos en el Club Berlín, en clara alegoría a su labor de enfocador.
Cinta con claras reminiscencias a la maravillosa “Los encantos de la gran ciudad” (1970) de Arthur Hiller, en lo que se ha dado en llamar "ciclo de pesadilla yuppie", subgénero que mezcla dos géneros, el comedia screw-ball y film noir. Donde todo sucede en Nueva york a toda prisa, y no paran de haber giros y más giros que sumergen a los personajes en una espiral de infortunios de la que parecen imposible escapar.
Comedia de acción, desbordante de sorpresas, donde el encadenado de situaciones se suceden sin tiempo para degustarlo pasado, todo con inteligencia y muy mala baba, desde pisapapeles en forma de donuts, un billete de 20 $ que vuela de un taxi, una escultora de papel maché, un libro para curar quemaduras, una cruda anécdota de “El Mago de Oz”, relato de una violación narcoléptica, la subida del precio del ticket del metro, un encuentro con una camarera ida, la pérdida de unas llaves, unos ladrones que acosan el SoHo, un suicidio, un encuentro con una excéntrica vendedora de helados, una turba de linchamiento, un homosexual reprimido, un Club punk en el día de la cresta, todo ello y más emergen de este relato con tintes pesadillescos cuasi-kafkianos, con de terror gótico, con momentos puro cartoon (lo de la furgoneta de helados como vanguardia de una turba de linchamiento) con diálogos y momentos que rozan (cuando no se hunden) en lo surrealista, en lo sombró, envolviendo al inquieto protagonista en la zozobra, haciendo con ello Scorsese una reflexión triste sobre las relaciones humanas, sobre la incomunicación, sobre el tóxico aburguesamiento, sobre el choque de clases, sobre la emancipación de la mujer, sobre los mundos extraños que se abren paso en la marginal noche, exponiendo un cosmos de personajes al borde la locura (por lo menos desde la visión “diurna”), sobre los dejes de un tipo corriente puesto en una situación extrema, sobre la condición humana y su innato instinto de supervivencia.
Scorsese edifica un crisol de la noche neoyorkina, para el protagonista (solo en este Averno) supone un aterrador descenso al Infierno, donde la ciudad (concretamente el barrio del SoHo en Manhattan), se convierte en oscuro co-protagonista, deslizando un lienzo en que el guión muestra como la noche transforma en las personas en otras más extrañas y disfuncionales, donde la gente solitaria, extravagante y trastornados tienen un hábitat en el que moverse, con calles con luces de neón y humo saliendo delas tapas de alcantarilla, algo similar al reflejo que Martin daba a la urbe en películas, como “Malas calles” (1973), “Al límite” (1999), o “Taxi driver” (1976), con esta que incluso tiene en común un taxista con ademanes a Travis Bickle. En lo que es una visión desalentadora de la raza humana.
Hay exégetas críticos han visto una críptica sublecturas de reminiscencias freudiano-sexuales en el comportamiento de las mujeres agresivo hacia Paul, epítome del hombre común, la mujer moderna contra el macho, las féminas lo zarandean de un lado a otro: Kiki es una desinhibida masoquista; Marcy es una bipolar que manipula sexualmente a Paul, que puede disfrutar de autolesionarse; Julie es una mujer desequilibrada que acosa a Paul, tras su primer encuentro en el bar, el protagonista entra en los servicios y ve un dibujo garabateado en la pared de un tiburón mordiendo el pene erecto de un hombre (alegoría de la castración), cuando en el apartamento de Julie ella mientras trata de seducirlo una de las muchas trampas que tiene alrededor dela cama atrapa a un ratón, sutil metáfora de lo que le puede suceder a Paul con ella (otra alegoría de la castración); Como Gail pasa de simpática traviesa que le ofrece ayuda a justiciera nocturna que lidera una turba para atraparlo; o cuando june lo encapsula en papel maché, quizás alegoría de lo que las mujeres pueden querer de los hombres, tenerlos atrapados cual figuras a su disposición; desde esta óptica se puede ver como la creación de un mundo nocturno rebosante de misandria (odio femenino a los hombres).
Cinta con claras reminiscencias a la maravillosa “Los encantos de la gran ciudad” (1970) de Arthur Hiller, en lo que se ha dado en llamar "ciclo de pesadilla yuppie", subgénero que mezcla dos géneros, el comedia screw-ball y film noir. Donde todo sucede en Nueva york a toda prisa, y no paran de haber giros y más giros que sumergen a los personajes en una espiral de infortunios de la que parecen imposible escapar.
Comedia de acción, desbordante de sorpresas, donde el encadenado de situaciones se suceden sin tiempo para degustarlo pasado, todo con inteligencia y muy mala baba, desde pisapapeles en forma de donuts, un billete de 20 $ que vuela de un taxi, una escultora de papel maché, un libro para curar quemaduras, una cruda anécdota de “El Mago de Oz”, relato de una violación narcoléptica, la subida del precio del ticket del metro, un encuentro con una camarera ida, la pérdida de unas llaves, unos ladrones que acosan el SoHo, un suicidio, un encuentro con una excéntrica vendedora de helados, una turba de linchamiento, un homosexual reprimido, un Club punk en el día de la cresta, todo ello y más emergen de este relato con tintes pesadillescos cuasi-kafkianos, con de terror gótico, con momentos puro cartoon (lo de la furgoneta de helados como vanguardia de una turba de linchamiento) con diálogos y momentos que rozan (cuando no se hunden) en lo surrealista, en lo sombró, envolviendo al inquieto protagonista en la zozobra, haciendo con ello Scorsese una reflexión triste sobre las relaciones humanas, sobre la incomunicación, sobre el tóxico aburguesamiento, sobre el choque de clases, sobre la emancipación de la mujer, sobre los mundos extraños que se abren paso en la marginal noche, exponiendo un cosmos de personajes al borde la locura (por lo menos desde la visión “diurna”), sobre los dejes de un tipo corriente puesto en una situación extrema, sobre la condición humana y su innato instinto de supervivencia.
Scorsese edifica un crisol de la noche neoyorkina, para el protagonista (solo en este Averno) supone un aterrador descenso al Infierno, donde la ciudad (concretamente el barrio del SoHo en Manhattan), se convierte en oscuro co-protagonista, deslizando un lienzo en que el guión muestra como la noche transforma en las personas en otras más extrañas y disfuncionales, donde la gente solitaria, extravagante y trastornados tienen un hábitat en el que moverse, con calles con luces de neón y humo saliendo delas tapas de alcantarilla, algo similar al reflejo que Martin daba a la urbe en películas, como “Malas calles” (1973), “Al límite” (1999), o “Taxi driver” (1976), con esta que incluso tiene en común un taxista con ademanes a Travis Bickle. En lo que es una visión desalentadora de la raza humana.
Hay exégetas críticos han visto una críptica sublecturas de reminiscencias freudiano-sexuales en el comportamiento de las mujeres agresivo hacia Paul, epítome del hombre común, la mujer moderna contra el macho, las féminas lo zarandean de un lado a otro: Kiki es una desinhibida masoquista; Marcy es una bipolar que manipula sexualmente a Paul, que puede disfrutar de autolesionarse; Julie es una mujer desequilibrada que acosa a Paul, tras su primer encuentro en el bar, el protagonista entra en los servicios y ve un dibujo garabateado en la pared de un tiburón mordiendo el pene erecto de un hombre (alegoría de la castración), cuando en el apartamento de Julie ella mientras trata de seducirlo una de las muchas trampas que tiene alrededor dela cama atrapa a un ratón, sutil metáfora de lo que le puede suceder a Paul con ella (otra alegoría de la castración); Como Gail pasa de simpática traviesa que le ofrece ayuda a justiciera nocturna que lidera una turba para atraparlo; o cuando june lo encapsula en papel maché, quizás alegoría de lo que las mujeres pueden querer de los hombres, tenerlos atrapados cual figuras a su disposición; desde esta óptica se puede ver como la creación de un mundo nocturno rebosante de misandria (odio femenino a los hombres).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Como defecto le achacaría que en algunas situaciones retuerce demasiado la credulidad, no me es muy creíble que tanta gente invite a su casa a un desconocido, prácticamente todos lo llevan a su apartamento, el barman, la camarera, la vendehelados, el gay.
Su puesta en escena resulta brillante para dar con el ánimo del aturdido protagonista, con un fenomenal diseño de producción de Jeffrey Townsed (“Los Fabulosos Baker Booys”), filmando íntegramente en Manhattan- Nueva York City, mayormente en el barrio del SoHo (128 Spring Street, 28 Howard Street [Kiki's loft apartamento],307 Spring Street [Julie's apartment building], Emerald Pub- 308 Spring Street[Terminal Bar], Moondance Diner - 80 Sixth Avenu[diner scene], Spring Street Station [subway station]), y también en la Metropolitan Life Towe- 11 Madison Avenue (puertas exteriores del trabajo de Paul), enalteciendo los escenarios la excelente fotografía del berlinés Michael Ballhaus (“Uno de los nuestros”), creando un halo de siniestro lúgubre sobre los fotogramas sobre todo en el exterior de las calles y en el Club Berlin, edificando una atmósfera cuasi-onírica, acentuando la opresión de Paul, con ese callejeo desierto, remarcando su soledad ante los problemas, la lluvia para dramatizar aún más, con turbadoras imágenes del SoHo, captando como avenarles los vapores que surgen de las rejillas delas calles, con planos holandeses (oblicuos) que transmiten la desazón de Paul, con incisivos primeros planos que extraen su padecimiento increscendo, jugando con los contrapicados y picados, toda una labor que maximiza con la edición de la gran Thelma Schoonmaker (desde “Toro salvaje” siempre con Martin), inundando de ritmo cada secuencia. Se añade la música del Howard Shore (“El señor de los Anillos”), incrustando sutilmente un tic-tac de reloj en la melodía según requiere el momento.
Griffin Dunne (también productor del film) realiza aquí la mejor actuación de su irregular carrera, maravilloso como ejemplo de tipo común envuelto sin querer un círculo vicioso enfermizo, cuanto más intenta escapar más se hunde en el fango, de cómo al querer echar una cana al aire una noche se convierte en la peor de sus pesadillas, su rostro es la expresión de su tormento, su lenguaje gestual refleja su mundo interior convulso, notable en su labor; Rosanna Arquette como la bipolar Marcy compone a una dulce y sensual chica de la que todos nos sentiremos atraídos cual sirena en medio del mediterráneo; Linda Fiorentino da muy bien con esa artista sadomasoquista; John Heard hace bien de barman con problemas con su piso primero y luego con su novia; Teri Garr inquietante como la camarera con evidentes problemas mentales; Catherine O'Hara como la extravagante vendedora de helados, primero servicial y atenta con Paul, pero en un giro se convierte en una loba, muy divertida; Verna Bloom como solitaria escultora de papel maché da un registro melancólico; Cheech Marin y Tommy Chong jocosos en sus respectivos roles de compañeros de fechorías en el SoHo.
Spoiler:
El final atronador en que cuando todo parece perdido, encapsulado en una figura de papel maché unos ladrones lo meten en una furgo, mientras circulan por Manhattan tropiezan con un bordillo, se abre la puerta trasera dl vehículo, cayendo a la calle la figura con Paul dentro, se rompe el caparazón, pudiendo salir cual mariposa de la crisálida Paul, entonces se percata que es de día, la hora en que debería empezar a trabajar, y lo que es más importante (y delirante) está frente a su oficina que abre las puertas, entrando Paul al curro como si nada, aunque algo blanqueado por el papel maché, arrollador final.
En conjunto una trepidante cinta sobre los submundos (nocturnos) que se esconden en las grandes urbes. Fuerza y honor!!!
Para leer más sobre el film ir a: https://conloslumiereempezo.blogspot.com/2017/08/jo-que-nocheafter-hours-marinscorsese.html
Su puesta en escena resulta brillante para dar con el ánimo del aturdido protagonista, con un fenomenal diseño de producción de Jeffrey Townsed (“Los Fabulosos Baker Booys”), filmando íntegramente en Manhattan- Nueva York City, mayormente en el barrio del SoHo (128 Spring Street, 28 Howard Street [Kiki's loft apartamento],307 Spring Street [Julie's apartment building], Emerald Pub- 308 Spring Street[Terminal Bar], Moondance Diner - 80 Sixth Avenu[diner scene], Spring Street Station [subway station]), y también en la Metropolitan Life Towe- 11 Madison Avenue (puertas exteriores del trabajo de Paul), enalteciendo los escenarios la excelente fotografía del berlinés Michael Ballhaus (“Uno de los nuestros”), creando un halo de siniestro lúgubre sobre los fotogramas sobre todo en el exterior de las calles y en el Club Berlin, edificando una atmósfera cuasi-onírica, acentuando la opresión de Paul, con ese callejeo desierto, remarcando su soledad ante los problemas, la lluvia para dramatizar aún más, con turbadoras imágenes del SoHo, captando como avenarles los vapores que surgen de las rejillas delas calles, con planos holandeses (oblicuos) que transmiten la desazón de Paul, con incisivos primeros planos que extraen su padecimiento increscendo, jugando con los contrapicados y picados, toda una labor que maximiza con la edición de la gran Thelma Schoonmaker (desde “Toro salvaje” siempre con Martin), inundando de ritmo cada secuencia. Se añade la música del Howard Shore (“El señor de los Anillos”), incrustando sutilmente un tic-tac de reloj en la melodía según requiere el momento.
Griffin Dunne (también productor del film) realiza aquí la mejor actuación de su irregular carrera, maravilloso como ejemplo de tipo común envuelto sin querer un círculo vicioso enfermizo, cuanto más intenta escapar más se hunde en el fango, de cómo al querer echar una cana al aire una noche se convierte en la peor de sus pesadillas, su rostro es la expresión de su tormento, su lenguaje gestual refleja su mundo interior convulso, notable en su labor; Rosanna Arquette como la bipolar Marcy compone a una dulce y sensual chica de la que todos nos sentiremos atraídos cual sirena en medio del mediterráneo; Linda Fiorentino da muy bien con esa artista sadomasoquista; John Heard hace bien de barman con problemas con su piso primero y luego con su novia; Teri Garr inquietante como la camarera con evidentes problemas mentales; Catherine O'Hara como la extravagante vendedora de helados, primero servicial y atenta con Paul, pero en un giro se convierte en una loba, muy divertida; Verna Bloom como solitaria escultora de papel maché da un registro melancólico; Cheech Marin y Tommy Chong jocosos en sus respectivos roles de compañeros de fechorías en el SoHo.
Spoiler:
El final atronador en que cuando todo parece perdido, encapsulado en una figura de papel maché unos ladrones lo meten en una furgo, mientras circulan por Manhattan tropiezan con un bordillo, se abre la puerta trasera dl vehículo, cayendo a la calle la figura con Paul dentro, se rompe el caparazón, pudiendo salir cual mariposa de la crisálida Paul, entonces se percata que es de día, la hora en que debería empezar a trabajar, y lo que es más importante (y delirante) está frente a su oficina que abre las puertas, entrando Paul al curro como si nada, aunque algo blanqueado por el papel maché, arrollador final.
En conjunto una trepidante cinta sobre los submundos (nocturnos) que se esconden en las grandes urbes. Fuerza y honor!!!
Para leer más sobre el film ir a: https://conloslumiereempezo.blogspot.com/2017/08/jo-que-nocheafter-hours-marinscorsese.html