400/12(13/12/22) Vigorosa secuela de la exitosa de 2001, un film animado por ordenador cargado de humor para todos los públicos, que disfrutaran pequeños, pero también mayores. Basada en el libro ilustrado de 1990 Shrek de William Steig, producida por DreamWorks Animation, la segunda entrega de la franquicia Shrek, dirigida por Andrew Adamson, Kelly Asbury y Conrad Vernon (en su debut como director), a partir de un guión escrito por Adamson, Joe Stillman (“Planet 51”) y el equipo de redacción de J. David Stem (“Los Pitufos”) y David N. Weiss (“Jimmy Neutron: El niño inventor”). Trayendo a los mismos protagonistas con sus voces originales, Mike Myers, Eddie Murphy, Cameron Diaz, y añadiendo a jugosos nuevos personajes doblados por Julie Andrews, Antonio Banderas, John Cleese, Rupert Everett y Jennifer Saunders.

En la película, Shrek y Donkey se unen al Gato con Botas (Banderas) para frustrar los planes del Hada Madrina (Saunders) de Fiona (Diaz) para destruir el matrimonio de Shrek y Fiona. La historia se inspiró en “Guess Who's Coming to Dinner” (1967) y se utilizaron nuevas herramientas de animación para mejorar la apariencia visual de cada personaje, en particular el Gato con Botas, esto redunda en una más hermosa estética y dinamismo de los caracteres. Con colores aún más vivos, donde los diseñadores se inspiraron en el ilustrador y grabador francés del siglo XIX Gustav Doré para mejorar la riqueza de detalles y ambientación de la película. Según el diseñador de producción Guillaume Aretos, "Hay muchas pinturas e ilustraciones medievales [y] mis propias influencias, que son pinturas clásicas de los siglos XV y XVI... De todos modos, el diseño de Shrek es siempre un giro en la realidad, así que tratamos de [empaquetar] tantos detalles e interés como pudimos en las imágenes".

Aquí sigue primando el ingenio puesto al servicio del humor, trenzando una ágil historia que incide en la aceptación de cómo es uno, y a la vez sobre cuanto está uno dispuesto a cambiar por amor, manteniéndose de fondo el leit-motive de ‘La Belleza está en el interior’. Ello manteniendo la subversión de los cuentos clásicos, jugando con las expectativas del espectador para zarandearlas, donde los ogros son buenos, los dragones so románticos, los príncipes amanerados pomposos, las hadas son perversas manipuladoras, pero si hasta Pinocho lleva tanga. Todo esto regado con electrizantes montajes musicales cargados de mucha vis cómica. Ah, y no podían faltar un tropel guiños pop, con un sinfín de parodias de escenas de películas famosas, y todo orgánicamente medido. Aunque todo esto bueno tiene el lastre de la perdida del impacto de la frescura que fue la primigenia, es indagar más en este micro universo, pero el efecto sorpresa esta anulado aquí.

Los guiños pop son tsunami para provocar sonrisas en el espectador adulto que percibirá estos gags, ello ya desde el inicio con una edición musical trepidante donde se parodia a Spider-man (con el famoso beso de él colgando cabeza abajo y ella de pie), From Here to Eternity (con ese abrazo entre los amantes en la playa mientras las olas los bañan), Little Mermaid (La sirena que aparece entre las olas y que Fiona lanza airada al mar [y se la traga un gran pez]) Matrix (los movimientos de Shrek para esquivar), Lord of the Rings (con el anillo de los novios), también hay a lo largo del metraje elementos que se asocian claramente a films como "Alien", Indiana Jones, "La Bella y la Bestia", "Misión Imposible" (la delirante ejecución del plan para rescatar a Shrek de Pinocho, los cerditos y los ratones ciegos), Frankenstein, Peter Pan (Tom Waits como el Capitán Garfio cantante), la parodia del mítico programa televisivo “Cops”, también vemos la puerta famosa de Paramount, el tema musical de la serie tv “Rawhide”, la sátira del desfile por la alfombra roja en los Oscar, con una clásica del menester en USA como es Joan Rivers; Y más que me dejaré en el tintero de la memoria.

Tiene un arranque que entronca con el final de la primera parte, y también con el espíritu del comienzo de la de 2002, cuando veíamos a Shrek felizmente bañándose en una ciénaga de barro, solo que ahora lo hace con su mujer Fiona, y vemos burbujas salir junto a Shrek (¿?), tras unos segundos se miran y se ríen, son tal para cual. Está un montaje donde los vemos felices casándose, y luego disfrutar de su luna de miel. Y con la vuelta al hogar de Shrek comienzan los problemas, el asno Donkey es tan pesado como en la primera parte y no quiere dejar la casa, hasta que cuando lo consiguen vuelve para avisar que ha llegado un séquito real con un mensaje de los padres de Fiona para que els visiten en la tierra de Far Far Away. Shrek se resiste a ir: sabe que no es el príncipe azul que sus suegros esperan ver. Pero no se da cuenta de que hay un auténtico Príncipe Azul esperando entre bastidores, el hijo de la intrigante Hada Madrina. Cuando Shrek da por zanjada la discusión negándose a viajar, hay una elipsis y vemos a este montar en la carroza para el viaje, que les acompañará el irritante Donkey. Llegando a Far Far Away al enérgico ritmo de “Funkytown”, entrando a una urbe que es una Beverly Hills pasada por un filtro medieval, en la colina se puede ver el nombre en grandes letras blancas de Far Far Away (cual el mítico de HOLLYWOOD), viéndose parodias de grandes franquicias como las de Burger King, Starbucks, o Versace. Calles bulliciosas con palmeras, tiendas, carrozas-limusinas, y el gran castillo en el fondo.