266/18(19/10/10) Inteligente e ingenioso cortometraje francés, ganador del Oscar. Se mofa de la fiebre consumista que nos envuelve, representada en los logotipos de las marcas y para ello mete a todas estos símbolos archiconocidos, al parecer más de 2500, en una ciudad, supuestamente Los Ángeles, y en ella desarrolla una parodia de una escena de acción, una persecución por la urbe, dos policías, dos muñecos de Michelin, persiguen a un peligroso asesino, el payaso Ronald McDonald, el de la cadena de hamburguesas, y con esta excusa nos pasean por montones de logos animados en un frenesí comercial, que necesitará de más de un visionado para ver todas las empresas representadas, algunos iconos de nuestra cultura. El relato es una delicia, un rápido pasatiempo que nos deja con el calado de que nos damos cuenta lo enorme que es nuestra convivencia con este mundo globalizado en el que unas multinacionales nos tienen colonizados sin darnos apenas cuenta. Por cierto, que bien escogido al malo, quien no ha visto en el payaso de McDonald un ser depravado y psicópata? Su final resulta bastante complejo, pueden dársele muchas explicaciones, tanto es así que me acerca al espíritu de ‘2001’ de Kubrick, si me pongo en plan exégeta diría que por muy grandes que sean estas macroempresas la naturaleza es más poderosa, y es más, desde el espacio somos lo todos lo mismo, o sea, nada. Fuerza y honor!!!