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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
5
Musical. Comedia La estrella del ballet Pete "Petrov" Peters se las ha arreglado para cruzar el Atlántico a bordo del mismo barco en el que viaja la bailarina de la que se ha enamorado perdidamente, Linda Keene, aunque apenas la conoce. Pero, en el momento en que el trasatlántico llega a Nueva York, una pequeña mentira se propaga como un rumor: que las dos celebridades están casadas en secreto. (FILMAFFINITY)
22 de mayo de 2021
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
177/37(22/05/21) Desfasado musical, séptimo (de los 10 que hicieron juntos) de la icónica pareja Ginger Rogers & Fred Astaire, que siguen explotando su química, pero con ello también son sus momentos un déjà vu constante de situaciones, un film que cuando has visto los anteriores del tándem te resulta (por lo menos a mí) anodino y pasable, hechos con la misma apolillada plantilla. Dirigida por un artesano del musical de la RKO como Mark Sandrich (“The Gay Divorcee” de 1934, o “Top Hat” de 1935), con un guión de Allan Scott (“Top Hat”), Ernest Pagano (“Bailando nace el amor”) y PJ Wolfson (“Las manos de Orlac”), basado en la historia “Watch Your Step” de Lee Loeb y Harold Buchman, resulta de un infantilismo tontuno, con situaciones que juegan al screw-ball cuando son pueriles diálogos sin gracia alguna, y resultan ridículas en sus equívocos y supuestos confusiones enredados, un vodevil plano de humor. Con unos secundarios (clásicos de la mencionada plantilla como Edward Everett Horton y Eric Blore) que no pueden hacer nada contra la estulticia de sus caracteres bufonescos (en algún pagafantas patéticos, con algún amague homoerótico como el que se da en una velada entre Horton y el supuesto pretendiente de Rogers, al que da vida Arthur Miller). En realidad su enclenque y ligera historia hay que verla como una excusa para ir hilando números musicales, y que el encanto y gracia de movimientos de la pareja luzca.

También hay que entender la cinta en su contexto temporal, donde en plena Gran Depresión el público ansiaba escapar un rato de sus mundanales problemas y sumergirse en un micro universo estereotipado de lujo, donde el dinero ni se nombra, aquí nos movemos por transatlánticos de lujo, hoteles de lujo, restaurantes de lujo, vestuarios de lujo, donde la narración sea simple, con humor familiar, con un romance sin drama, donde no haya que pensar, donde los bailes fueran el opio del pueblo en su espíritu liberador, y donde todo era previsible de principio a fin, cual ya nos mostró Woody Allen en su magnífica “La Rosa Purpura del Cairo” (1985).

En este caso destacando que los temas musicales son compuestos por la mítica pareja de hermanos George e Ira Gerswin, dentro de la ligereza de la película. George murió dos meses después del estreno de la película, y fue nominado póstumamente al Oscar a la Mejor Canción Original por esta canción " 'They Can't Take That Away from Me' ".

Se pueden sonsacar algún momento ingenioso y atractivo: Tenemos a Fred Astaire combinando con gracia el ballet clásico con la danza moderna, en una vistosa mezcolanza del claque y pinitos clásico; Hay un número de la pareja danzando claqué con los patines en una pista circular, ello mientras cantan "Let's Call The Whole Thing Off"; posee imaginación; También se puede mencionar el número “Slap That Bass”, que se supone en la sal de máquinas del transatlántico (mención aparte merece lo falso y artificial de los decorados), donde algo novedoso, se da un número musical a un grupo de negros, algo que en este tiempo solo recuerdo a los Marx en “Un día en las carreras” (1937), con una rítmica jam session. Dudley Dickerson introduce el primer verso de la canción, cuyo coro luego es retomado por Astaire, que tras ello se arranca con una danza de tap dance; Tenemos el tramo final ese baile con el "Hoctor's Ballet", que arranca con Astaire entonando "They Can't Take That Away From Me", con varias mujeres rodeando a Astaire con las máscaras de Rogers y él debe hallar a la verdadera. Además en este número aparece la bailarina Harriet Hoctor que realiza una contorsión inverosímil, llegue a pensar que estaba cogida del techo por hilos, pues su cuerpo lo dobla por la cintura hacia atrás y sigue bailando con verticalidad, Im-Presionante. Esto se denominó un backbend elíptico en pointe, una rutina que había perfeccionado durante sus días de vodevil y como acto principal con Ziegfeld Follies.

Yo le pido algo más a una comedia musical que esta simpleza que aparece echa con un molde, aunque Esten en ella Rogers y Astaire. Fuerza y honor!!!
TOM REGAN
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