Basada en la novela homónima de Andy Weir, adaptada para el cine por Drew Goddard (una de las siete nominaciones sin premio a los Oscars que recibió), esta estupenda película cosechó un gran éxito comercial y buenas críticas.

Dentro de una extensa carrera plagada de títulos destacados sobradamente conocidos, es una de mis cintas favoritas suyas, sólo por detrás de la imperecedera "Thelma y Louise", que juega en otra liga.

En una época dorada de la ciencia ficción, este film aporta una gran solvencia técnica, una historia atractiva (con personajes creíbles, que muestran sus valores y sus miedos), una producción de primer nivel, y unas interpretaciones excelentes de un reparto de grandes actores.

Scott se toma su tiempo para contarnos esta aventura, apoyado en su montador habitual, el multipremiado Pietro Scalia, que curiosamente aquí se quedó sin nominación pese a su gran trabajo.